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Mezquita de Granada
Imam: Sheij Muhammad Al Kassbi



Alhamdulillah

Musulmanes, os exhorto a que tengáis Taqwa de Allah y a que le obedezcáis, pues ciertamente la taqwa es la nobleza de los creyentes y la senda de los awliya y de los triunfadores.

Sabed, que Allah esté complacido con vosotros, que una de las más perjudiciales enfermedades del nafs, una enfermedad con la que se ha puesto a prueba a la gente de rango más elevado; una enfermedad que produce numerosos problemas tanto en el din como en la vida de dunia; una enfermedad que corrompe la capacidad de saborear y disfrutar al que la posee, se oscurecen sus intelectos, les impide ser agradecidos con Su Señor y ser humildes ante su Presencia, pues sólo pueden agradecerse a sí mismos y son arrogantes con Su Señor; pasan del respeto de unos a otros al odio, la enemistad y la traición; realmente esta enfermedad es el orgullo.

El resultado de esta enfermedad es que la persona se mira a sí misma y se proclama perfecto y completo, olvidando al mismo tiempo los regalos de Allah y faltando al respeto a los demás.

Entre los perjuicios de esta enfermedad es que te impide llevan a cabo buenas obras y te impide al mismo tiempo acceder al bien. Por el contrario obtienes las cualidades que te llevan a la perdición.

Ciertamente esta enfermedad es la compañera del Kufr, van de la mano, unidos. Iblis, que Allah le maldiga, a pesar de poseer un inmenso conocimiento, a pesar de haber dedicado un largo periodo a la adoración y la obediencia a Allah, llegado el momento se asombró de sí mismo y su orgullo le llevó a desobedecer a Su Señor cuando le ordenó que se postrara ante Adam, alaihi salam.

El orgullo, el impresionarse de uno mismo, la arrogancia, conducen también a entregarse a las pasiones. Las pasiones son un mal divino que se adoran en la tierra. Si el entregarse a las pasiones está impregnado en la persona y no es capaz de ponerle freno, entonces esa persona estará obteniendo todo tipo de maldad. No se alejará ante ninguna pasión, no será capaz de poner freno y juzgar su nafs. Las pasiones continuaran corrompiéndole, no le dejaran hasta que no le sumerjan por completo en la perdición, wal iyadhu billah.

Nuestro maestro Muhammad, al que Allah colme de bendiciones, dijo: “Hay tres que salvan y hay tres que pierden: Las que salvan son: La taqwa de Allah en secreto y en público, decir la verdad en la complacencia y en el enfado, y el gasto en la riqueza y en la pobreza. Las tres que pierden son:

La avaricia obedecida, la pasión seguida, y que la persona se impresione de si mismo”. (Al Baihaqi fi subí al iman)

Es por esto por lo que nuestra Sharia nos advierte y nos exhorta a protegernos del orgullo y de seguir las pasiones, nos llama a que seamos justos y a que llevemos a la práctica la equidad.

Esta equidad se refiere a: que entregues a los demás (sin que sea un derecho de ellos), lo que te gustaría obtener a ti si estuvieras en su lugar.

Esta es una cualidad noble, loable, digna de las más grandes alabanzas que no posee excepto aquel al que Allah le ha dotado con la cualidad de amar el bien para la gente.

Se ha transmitido del Imam ‘Ali, que Allah esté complacido con él, que dijo: “Haz que tu nafs sea una balanza entre tú y los demás; ama para los demás lo que amas para ti, detesta para ellos lo que detestas para ti y no perjudiques como no te gusta que te perjudiquen; haz el bien como amas que lo hagan contigo; expulsa de tu nafs lo que detestas de los demás, complácete con la gente al igual que te gusta complacerte de ellos; no digas lo que no sabes, a pesar de que lo que sepas sea poco, no digas lo que no te gusta que se diga de ti”.

Hatim al Asam, uno de los grandes ulamas al que hacemos referencia continuamente dijo: “Poseo tres cualidades que las aplico en cualquier contienda, en cualquier disputa, en cualquier discrepancia”. Dijeron: “¿cuáles son?” Dijo: “Me alegro si acierta mi oponente, me entristezco si se equivoca, y protejo mi nafs para que no increparle (es decir, protegía su nafs, se contenía para no perjudicar, para no sobrepasar los límites en el trato con aquel con el que tenía una disputa”.

El Imam Ibn Siirin, que Allah esté complacido con él, dijo; “La mayor injusticia contra tu hermano es que recuerdes de él lo peor que has visto y ocultes su bien”.

Llevando a la práctica el Insaf, (la equidad que hemos mencionado) el individuo, la familia y la sociedad sienten seguridad, tranquilidad, aceptación y complacencia. Ya que no hay asunto que perjudique más sus vidas y sus tratos que la injusticia, la opresión y el seguimiento de las pasiones.

¡Oh Allah, haznos ser de los que escuchan la palabra y siguen lo mejor de ella!

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Ciertamente, el Insaf no es únicamente un asunto social, no es sólo un asunto que tiene que ver con dunia. Ya que realmente es un tercio del Iman, basándonos en el Hadiz de ‘Ammar transmitido por Imam Bujari: “Hay tres que quien las reúne ha completado el Iman: El insaf en tu nafs, intercambiar el saludo con la humanidad y gastar en la estrechez”.

Aquel que sea justo, que salude, que gaste de aquello que Allah le ha dado en el bien no será injusto, no será avaricioso y no traicionará.

Ciertamente, todo lo que observamos en nuestros días, lo que leemos, lo que escuchamos, lo que vemos, la propagación de la injusticia, la enemistad entre la gente, la traición, el engaño, la tacañería, romper los vínculos familiares es fruto de tener poco insaf, de tener poca capacidad de justicia.

El Imam Malik dijo: “No hay en nuestros días algo que esté menos presente que el insaf”.

El Imam al Qurtubi dijo: “Refiriéndose a estas palabras del Imam Malik: “Esto era así en el tiempo de Malik, ¿cómo es entonces en nuestros días? Los días en los que la corrupción se ha extendido y los inútiles están presentes”.

Entre las muestras de la escasez de insaf es que encuentres a gente que limite la verdad, que limite la forma de hacer las cosas en los límites de sus actos y sus palabras. Y todo aquel que discrepe, ya sea en los asuntos del din o de dunia, con su visión, está equivocado y está extraviado. El que así actúa divide a la gente en dos categorías: los que están con ellos, o los que están contra ellos.

Lo más peligroso, lo más perverso de esto, es que ves a algunos de ellos que intentan amoldar las leyes de la sharia, las leyes reveladas en el Corán y el Sunna a aquello que es más conveniente para sí mismos, que en realidad es una visión errónea y extraviada.

Esto es fruto del orgullo y de la escasez de humildad.

Una de las razones fundamentales por la cual no está presente el insaf es por la enfermedad de la envidia. Es imposible que esté presente el insaf en una persona en la que en su corazón hay espacio para el odio y la avaricia.

¡Oh Allah, nos protegemos en ti de la maldad del carácter, de las malas acciones, de los malos apetitos, de las enfermedades del corazón y de la perversión de la fitna!.

Wa salla Allahu ala Saydina Muhammad wa ‘ala alihi wa sahbihi wa sallam. Amín

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