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Mezquita de Granada
Imam: Sheij Muhammad Al Kassbi



Alhamdulillah

Musulmanes, os exhorto a que tengáis Taqwa de Allah, pues la Taqwa de Allah es el descanso y el sosiego en esta vida y en la próxima.

Sabed, que Allah esté complacido con vosotros, que la hermandad en el din tiene un grado muy elevado ya que es el vinculo más grande y fuerte que se crea entre los seres humanos. Es al mismo tiempo uno de los regalos que Allah ha entregado a sus siervos creyentes. Dice en Su Libro: “Recordad el favor que Allah ha tenido con vosotros cuando, habiendo sido enemigos, ha unido vuestros corazones y por Su gracia os habéis convertido en hermanos. Estabais al borde de un abismo del Fuego y os salvó de él. Así os aclara Allah Sus signos. Ojalá os guiéis”.

Allah ha ordenado a los creyentes rectos que hagan realidad, fortalezcan y tengan siempre presente esta hermandad. Lo primero que hizo el Mensajero, al que Allah colme de bendiciones, después de la hiyra fue construir la Mezquita y hermanar a los ansar y a los muhayirin. Les advirtió al mismo tiempo de todo lo que debilitaba esta hermandad y la rompía. Dijo el Mensajero, al que Allah colme de bendiciones: “No os envidiéis, no os traicionéis en la compra-venta, no os enfadéis, no os deis la espalda, no os entrometáis en los negaciones de los demás y sed, siervos de Allah, hermanos”. (rawahu muslim an abi huraira)

En este noble Hadiz el Mensajero nos advierte de todo aquello que puede acabar con los lazos de hermandad entre los creyentes. Nos advierte de los asuntos que llevan a la destrucción de sociedades, familias y hermanos. El primero y más perverso de estos asuntos que menciona es la envidia.

La envidia es una de las enfermedades más peligrosas que corrompen la hermandad y el acercamiento y el amor en el din. ¿Qué es el envidia? La envidia es desear obtener los dones que posee el otro, ya sean dones del din o de dunia. Es una cualidad detestable, que cuando se introduce en el corazón lo corrompe por completo. Es el contrario del Iman. Dijo el Mensajero, al que Allah colme de bendiciones: “No se reúnen en el pecho de un siervo el polvo del Muyahid y el humo del Fuego. Y tampoco se reúnen en el corazón de un Siervo el iman y la envidia”. (Rawahu Ibn Hiban wal Baihaqui)

A medida que entra la envidia en el corazón de un siervo va saliendo el Iman. Mucha gente piensa que la envidia no tiene un grado tan alto de maldad, pero hemos de saber que realmente sí lo tiene, con lo que tenemos que protegernos y ser conscientes del enorme mal que encierra.

La envidia fue el primer acto de desobediencia a Allah en los cielos y en la tierra. ¿Qué le hizo a Iblis llenarse de orgullo y no postrarse ante Adam como el resto de los ángeles? La envidia. ¿Qué le hizo a Abel matar a su hermano Caín? La Envidia.

Que Allah ordenara a Su Mensajero protegerse de la envidia nos indica el gran daño y mal que encierra. Dice Allah: “Y del mal del envidioso cuando envidia”.

Entre sus denigrantes consecuencias observamos que una de ellas es que consume las buenas acciones como el Fuego consume la leña. Haz todas las buenas acciones que quieras, adora a Allah día y noche sin parar, pero has de saber, que si en tu corazón hay espacio para la envidia, ésta acabará y consumirá todas tus buenas obras.

La envidia es también una de las rendijas a través de las cuales el Shaytán entra en el corazón del ser humano, y lo hace hasta que consigue enemistar y enfrentar a la gente y romper todo vinculo de amor y bondad. Tampoco permite la envidia aceptar la verdad, conduce a caer en la cizaña, la calumnia y la namima. Otra de sus malignas consecuencia y quizás la más perversa de todas ellas es que te lleva a negar y cuestionar el Poder y el Decreto de Allah.

Entre las razones por las cuales entra la envidia en el corazón del ser humano se encuentran el odio, el orgullo, desprecio hacia los demás, pensar que tú eres el único que tienes razón, amar la maldad y despreciar el bien.

Pedimos a Allah que nos haga ser hermanos, que nos amemos y respetemos entre nosotros y nos haga amar y honrar a todos los musulmanes.

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Musulmanes, ciertamente muy pocos son los que se libran de poseer envidia, excepto aquellos a los que Allah ha librado de ello. Dijo el Mensajero, al que Allah colme de bendiciones: “Hay tres de las que nadie está libre: la superstición, la mala opinión y la envidia. Si llevas a la práctica la superstición y ves un mal augurio, no vuelvas; si envidias, no te enojes, y si tienes mala opinión, no la hagas realidad”. (Rawahu Abdurrasaq fi misanafihi an Ismail Ibn Umayyah)

La envidia es una de las peores enfermedades que puede poseer el corazón del ser humano. Las curas de las enfermedades del corazón no se pueden obtener si no es mediante el conocimiento y el esfuerzo. EL conocimiento que ayuda a eliminar la enfermedad es saber que la envidia te está perjudicando en tu din y en dunia, y que la envidia que sientes por el otro no le va a perjudicar, si o que, por el contrario, va a ser de beneficio para él.

La acción recta que te puede conducir a curarte de la envidia es que cada vez que te sobrevenga un impulso de envidia te preguntes: “¿por qué?, ¿qué es lo que mi nafs está envidiando?” Y cuando sepas la respuesta, ve contra tu nafs y haz todo lo contrario. Si la envidia lo que quiere es que hables mal de alguien, llena tu lengua de alabanzas y parabienes hacia el que sientes envidia.

Tened temor de Allah siervos suyos, caminad por la senda de la ayuda y armonía entre vosotros, alejaos del camino de la envida, la maldad y la enemistad y sed, siervos de Allah, hermanos.

Wa salla Allahu ala Saydina Muhammad wa ‘ala alihi wa sahbihi wa sallam. Amín

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