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Mezquita de Granada
Imam: Sidi Sa'id Erraziki



Alhamdulillah

Musulmanes, os exhorto a que tengáis Taqwa de Allah y le obedezcáis en todo aquello que os ordene.

Musulmanes, dice Allah en Su Libro: “Por una misericordia de Allah, fuiste suave con ellos; si hubieras sido áspero, de corazón duro, se habrían alejado de tu alrededor. Así pues, perdónalos, pide perdón por ellos y consúltales en las decisiones, y cuando te hayas decidido, confíate a Allah. Es verdad que Allah ama a los que ponen su confianza en Él”.

Musulmanes, ciertamente una de las cualidades presentes y recomendables en el Islam es la consulta en las decisiones, y no es únicamente una cualidad, sino que es un requisito de la sharia, que el Islam ha impulsado para protegernos de la arrogancia y de que prevalezca únicamente nuestra opinión.

La consulta es un puente hacia los demás, sus intelectos y sus corazones. Si consultas a alguien, si le pides su opinión, estás tomando parte de su intelecto y conocimiento, te estás impregnando con su luz y estás asimilando y comprendiendo sus ideas. Todo esto metafóricamente hablando.

Esto es necesario, para solucionar o para prepararse ante problemas que han pasado o que pasaran.

Dijo el Mensajero, al que Allah colme de bendiciones: “Todos los hijos de Adam cometen errores, y los mejores son los que hacen tawba”.

Ningún ser humano está libre de caer en el error. A pesar de que haya gente dotada de un intelecto y una perspicacia asombrosa, siempre se equivocará, a no ser que consulte a otros y conozca diferentes puntos de vista y opiniones.

El creyente es débil en su intelecto, fuerte con sus hermanos. En la medida en la que aumentes tus consultas, estarás ampliando la posibilidad de obtener el éxito en el asunto que tienes entre manos.

En la aleya que hemos mencionado con anterioridad, observamos cómo Allah ordena a Su Mensajero que consulte a sus compañeros, y esto a pesar de que el Profeta era una persona de un intelecto completo y que había recibido toda educación y enseñanza de parte de Su Señor, y ésta es la mejor de las educaciones. Y a pesar de este alto grado, recibe la orden imperativa de consultar a sus compañeros en la toma de decisiones.

Nuestro Mensajero consultaba a todos los individuos de la sociedad, no lo hacía únicamente a algunos, no dejaba de hacerlo con aquellos que sabía que tenían una opinión contraria a la suya. También consultaba a las mujeres. En el suceso de Hudaibiya, cuando los Quraish negaron a los musulmanes la entrada en Meca y se firmó el conocido acto, que a primera vista parecía muy perjudicial para los musulmanes, el Mensajero ordenó a sus compañeros que se afeitaran la cabeza y sacrificaran el ganado que habían traído. Éstos no lo hicieron y el Mensajero entró en su tienda presa del enfado, y tras comentar con su mujer Ummi Salama la situación, ésta le aconsejó que se afeitara él la cabeza y sacrificara, que así sus compañeros seguirían su ejemplo. Y así fue como sucedió.

Musulmanes, consultad a vuestros familiares, no despreciéis a vuestros hijos ni a vuestras esposas. En la conocida historia de Sulayman mencionada en el Corán, observamos como un simple pájaro, una abubilla, se dirige a Sulayman diciéndole: “Me he enterado de algo que tú no alcanzas a saber y he venido hasta ti desde Saba con una noticia cierta. He hallado a una mujer que reina sobre ellos y a la que se le ha dado de todo; posee un magnífico trono”. El Profeta Sulayman tomó estas palabras al pie de la letra y gracias a ellas obtuvo el favor y el éxito. Ésta es otra clara prueba de que jamás se puede despreciar la opinión de los demás.

Oh Allah, haznos capaces de pedir consejo.

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Musulmanes, la persona a la que te dirijas para consultarle ha de ser creyente, ha de tener conocimiento, un intelecto claro, ha de ser conocedora de aquello con lo que te diriges y ha de ser una persona capaz de guardar el secreto si lo que le estás consultando es secreto.

Aquél que consulta, al hacerlo, está despojándose del orgullo y el engrandecimiento de sí mismo, se le abren las puertas y se desprenden de él las dudas, la angustia, el desaliento. Si pide consejo, si busca otra opinión con sinceridad, entonces esa acción se considera un acto de obediencia y será recompensado por ello, ya que como hemos visto con anterioridad, es una orden de Allah.

Dijo Abu Huraira, que Allah esté complacido con él: “No conocí a nadie que fuera tan continuo en su consulta como lo era el Mensajero de Allah”.

El Mensajero, al que Allah colme de bendiciones, daba mucha importancia a la consulta, jamás se basó únicamente en su opinión a la hora de tomar una decisión, ni siquiera en sus asuntos personales.

El Libro de Allah, alaba a los que consultan, a los que buscan diferentes opiniones cuando dice: “Y los que responden a su Señor, establecen el Salat, se piden consejo en los asuntos y dan de la provisión que les damos”. Observamos en esta aleya, que Allah pone al mismo nivel a los que establecen el Salat, a los que piden consejo en los asuntos y a los que entregan sadaqa. Incluso una sura completa del Corán, lleva el nombre de La consulta.

No se pierde aquel que pide consejo y no se arrepiente el que hace istajara.

Si pides consejo en un asunto y lo finalizas con éxito, la gente estará contenta, y si fracasas, la gente te perdonará. En cambio, si fracasas sin haber consultado previamente, la gente se reirá de ti y te castigará.

Pedir consejo es el camino hacia la opinión correcta y hacia el beneficio tanto individual como colectivo. Dijo el Profeta: “Mi comunidad no se reúne en algo incorrecto”.

Pedimos a Allah que nos de la capacidad y la fuerza necesaria para poner en práctica el consejo entre nosotros.

Wa salla Allahu ala Saydina Muhammad wa ‘ala alihi wa sahbihi wa sallam. Amín

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