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Mezquita de Granada
Imam: Hafid Ahmed Bermejo

Alhamdulillah.

Musulmanes, tened tawqa de Allah y recordad que nos ha creado para que Lo adoremos, únicamente a El, sin igual ni asociado; adoradlo buscando sinceramente Su Faz y haced las mejores acciones, ya que el feliz es aquel que sigue Su camino y la sunna de su Mensajero hasta que le llega la hora final.

Musulmanes, ciertamente de los asuntos más importantes que el Mensajero negó y corrigió entre la gente de la Yahilia, podemos destacar tres que estaban muy extendidos entre esta gente y que eran su práctica habitual de vida y adoración, eran el fruto de su ignorancia y la causa de su perdición. El primero de ellos era la asociación a Allah y el adorar a otros que no son El, el segundo su separación y falta de unidad y el tercero la desobediencia a la gente de autoridad.

Adoraban a otro que no es Allah, pedían a otros distintos a Allah, se encomendaban a ídolos creados por ellos mismos, bien fueran reyes cercanos, hombres poderosos o peor aún, objetos y estatuas de madera o piedra, astros o cosas aun mas carentes de valor y significado. Esta era su adoración y estos los adorados; los adoradores pretendían con esta adoración ganar beneficio, en ellos buscaban la intercesión, puesto que pensaban que esta era la forma correcta de adoración y creían en su ignorancia que esto era propicio para sus ídolos. Allah los describe en su Libro, como diciendo: “Sólo los adoramos para que nos den proximidad a Allah” (Zumar, 3)

En segundo lugar, seguían el camino de la separación y el enfrentamiento, no estaban unidos, propagaban la dispersión, eran normales los enfrentamientos entre familias en su búsqueda de la posición, el poder, las riquezas y otras cuestiones de este mundo.

Pensaban que obedecer a quien ostentaba el mando era un desprestigio y se oponían a las órdenes de la autoridad, puesto que pensaban que al hacerlo dignificaban su nobleza, que era algo loable y digno de alabanza. Pensaban que escuchar y obedecer era algo anticuado que debía finalizar, que no generaba ningún beneficio a la sociedad y que había que desprenderse de esta forma de actuar y olvidarla por completo.

El Mensajero, al que Allah colme de bendiciones, se enfrentó a todos estos asuntos e implantó la guía que Allah le había transmitido. Les exhortó a adorar únicamente a Allah, sin asociado alguno y les enseñó que éste era el Din verdadero, el Din de Allah que no acepta más práctica de adoración que esta. Les informó que todo aquel que se desviara de este camino y adorara a aquello que creía conveniente, fuera cual fuera este ser o cosa adorada, Allah le prohibiría la entrada en el Jardín y su destino sería el Fuego, tal y como transmite el misericordioso en Su Libro en numerosas ocasiones. Este es el pilar básico y la piedra angular del Din del Islam y de todas las prácticas de adoración correctas reveladas con anterioridad.

También les exhortó a la unidad de la Ummah y que se aferraran todos juntos a la cuerda de Allah, ya que la cuerda de Allah es amplia y resistente.

Aferrarse a la cuerda de Allah debe ser la causa de unión de la yama’ah de musulmanes, en ella debe residir la fuerza de esta ummah, y todo aquel que deje de aferrarse a esta cuerda será la causa de su separación y la fuente de sus problemas.

El Din de Islam llama continuamente a la unidad de los musulmanes, los creyentes deben ser un solo cuerpo unido, las diferencias existentes entre los integrantes de la Ummah nunca deben ser causa de separación y enfrentamiento entre los creyentes; al contrario, en esas diferencias deben encontrar la facilidad y amplitud de nuestro Din, ya que nunca habrá discrepancia en el número y obligaciones de sus pilares. Las diferencias pueden ser en los asuntos secundarios, nunca en los prioritarios, y estas diferencias no hacen a unos mejores ni a otros peores, sino que son únicamente una prueba de la facilidad de este Din.

Sobre el tercer asunto que estamos tratando hoy, la obediencia y el respeto a quien ostenta la autoridad, el Mensajero, al que Allah colme de bendiciones, también ordenó a la gente de la yahilia que lo pusieran en práctica, que extendieran el buen consejo entre ellos, que obedecieran a sus gobernantes, siempre que esta orden no fuera contraria a los límites de Allah, ya que en el único caso que está permitido desobedecer a quien ostenta la autoridad de los musulmanes, es si esta persona es un kafir claro y evidente, o aquello que le ordena es desobediencia a Allah. Entonces si que están justificados a la hora de desobedecerle.

Dijo el Mensajero, al que Allah colme de bendiciones, en un hadiz transmitido por Imam Muslim en su Sahih y por Imam Malik en su Muwatta, narrado por Abu Huraira radiya allah anhu: “Allah acepta de vosotros tres asuntos y le descontentan otros 3. Le complace que Lo adoréis y que no asociéis nada con El, que os aferréis a la cuerda de Allah unidos y que no os separéis, y que obedezcáis a aquellos a los que Allah les ha dado la autoridad entre vosotros. Y desprecia de vosotros, los dimes y diretes, derrochar la riqueza y la demasía en las preguntas”.

Este hadiz es una clara muestra de los que estamos hablando, son tres asuntos que Allah, subhanahu wa ta’ala, desea ver en sus siervos creyentes, tres asuntos que aquel que los ponga en práctica estará caminando por el camino cuyo destino es el Jardín.

Y en otro hadiz transmitido por Imam Bujari y por Muslim, que Abdullah Ibn Abbas dijo: Dijo Salla allahu alaihi wa sallam: “A quien le desagrade algo de su emir que tenga paciencia, porque quien se sale de (la obediencia al) Sultán un palmo muere la muerte de la yahiliya”.

Y en los dos Sahih también se ha transmitido lo siguiente: Yunada Ibn Abi Umayya dijo: “Fuimos a visitar a Ubada Ibn as-Samit, que se encontraba enfermo, y tras desearle buena salud le dijimos: Transmítenos un hadiz que hayas escuchado del Mensajero salla allahu alaihi wa sallam; y dijo: “El Profeta, al que Allah le dé Su gracia y paz, nos llamó y le dimos juramento de fidelidad. Y entre aquello a los que nos hizo comprometernos estaba que nos obligábamos a oír y obedecer con fuerzas y sin fuerzas (a gusto o a disgusto), en la facilidad y en la dificultad, incluso en contra de nuestros derechos; y que no disputásemos el mando a quienes lo tuvieran. (Y dijo): A menos que veáis un acto manifiesto de Kufr con una evidencia clara para vosotros procedente de Allah”.

No existe ninguna duda de que poniendo en práctica estas recomendaciones de nuestro amado Profeta, al que Allah colme de las mejores bendiciones, se estará fomentando la unidad y el amor entre los integrantes de la comunidad de musulmanes, y se estará obteniendo lo mejor para este mundo y para el próximo, pues se estarán cerrando las puertas a las fitnas y a las discordias. Se propagará la confianza entre los creyentes, la bondad y concordia entre los musulmanes y la seguridad será la característica de la comunidad que ponga esto en práctica.

¿Cuál de los dos caminos es el que queremos poner en práctica musulmanes? ¿Qué preferimos en vuestras vidas? ¿La degradación y el extravío de la yahilia? ¿O por el contrario la seguridad y tranquilidad del Islam?

Te pedimos oh Allah, que nos hagas poner en práctica el ejemplo del mejor de la Creación, nuestro amado Profeta Muhammad, sallallahu alaihi wa sallam.





Musulmanes, habéis de saber que algunos hombres de conocimiento han dicho: “Ciertamente Allah detesta para nosotros la separación y la controversia, pues esta es la primer causa de la debilidad, y la puerta de la pérdida y el fracaso”. Y el fracasado, o el perdedor es aquel que no tiene ningún valor en este mundo, ni ninguna posición en el próximo. Dice Allah en Su Libro: “Y no disputéis, porque de hacerlo os acobardaríais y perderíais vuestro ímpetu”.

Allah subhanahu wa taala, también nos exhorta en Su Libro a no ser de aquellos que se separan y se enfrentan entre ellos, ya que a estos les ha prometido un doloroso Castigo tras la rendición de cuentas; dice: “Y no seáis como aquellos* que se dividieron y cayeron en discordia, cuando ya les habían llegado las pruebas claras. Ésos tendrán un inmenso castigo.” (Ali Imran, 105)

No debemos caminar por la senda de la separación y el individualismo, pensar únicamente en los resultados individuales y olvidarnos del bien colectivo, ya que si lo hacemos, nos estaremos alejando de lo que Allah dice en su Libro: “Verdaderamente la Ummah que formáis es una y Yo soy vuestro Señor, adoradme pues”. (Anbiya, 91)

Ciertamente la ummah a la que nos llama Allah, y la que quiere que sea la transmisora de Su mensaje, no conoce la separación y el individualismo, es una ummah, unida, fuerte, su Señor es Uno, su Libro es uno, su fila es una, su descripción es una. Dice Allah: “Los que se dividieron en su práctica de Adoración y se hicieron sectas... Tú no tienes nada que ver con ellos. Su caso se remite a Allah. Él les hará saber lo que han hecho”. (An’am, 159)

Tened temor de Allah siervos suyos, participad en aquello que sea de beneficio común, aquello que sea provechoso para la comunidad de musulmanes en la que conviváis, no antepongáis vuestros deseos propios a los de vuestros hermanos, recordad el hadiz en el que el Mensajero, al que Allah colme de bendiciones dijo: “No creerá ninguno de vosotros hasta que quiera para su hermano lo que quiere para sí mismo”.

Si ponemos esto en práctica, si conseguimos hacer de este hadiz una costumbre en nuestra vida, estaremos entonces consiguiendo el éxito común, estaremos en la senda que el Mensajero salla allahu alaihi wa sallam nos transmitió, estaremos obteniendo lo mejor de esta vida y de la próxima, y estaremos haciendo que la Ummah del Islam permanezca fuerte y unida.

Te pedimos Allah, Tú que todo lo puedes y todo lo das, Tú que eres el Generoso y Misericordioso, que nos des la fuerza y la paciencia necesarias para poner en práctica este hadiz. Te pedimos Allah que nos hagas desear para nuestro hermano lo que deseamos para nosotros mismos. Te pedimos Allah, que nos hagas desear el bien común, el bien de la ummah antes que el propio y personal.



Wa salla Allahu ala Saydina Muhammad wa ‘ala alihi wa sahbihi wa sallam. Amín

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