| 0 comentarios ]

Mezquita de Granada
Imam: Shej Muhammad Al Kassbi

Alhamdulillah.
¡Musulmanes!, os exhorto, y a mi mismo, a tener consciencia de la presencia de Allah y apartarnos de Su enojo, en privado y en público, en vuestras palabras y en vuestros actos, y os aconsejo no malgastar vuestros días en entretenimientos frívolos y superficiales y en las palabras vanas. Pues no hemos sido traídos a la existencia como un juego sin propósito.

Es indudable que el éxito y la felicidad del ser humano en esta vida y en la próxima radican en limpiar y purificar su persona y en rectificar lo que anida en su corazón.

El musulmán se ocupa y se dedica a aquello que le reporta salvación y le trae éxito, lo que le hace conseguir su bien y beneficio en esta vida y en la próxima y en aquello que aparta y aleja de su vida lo que corrompe y daña y lo que causa desgracia en esta vida y en la próxima.

Allah, gloria a El, define a Sus siervos creyentes, a los que tienen éxito, y, entre sus características describe el apartarse de las palabras y actos superficiales, vanos, falsos e inútiles (al-Laghu). Para el musulmán hay en la vida suficientes obligaciones y responsabilidades como para no malgastar ni un momento de su precioso tiempo.

Allah describe a los siervos del Misericordioso en el final de Surat ‘al Furqan’, cuando dice: “…y cuando pasan junto al chismorreo lo hacen con dignidad”. Es decir, no se fijan en las palabras vanas, incorrectas, falsas, y no les prestan atención sino que pasan de largo. (Surat Furqan, 72)

Al-Laghu es lo inútil, los actos y palabras sin beneficio, y, en general, todas las transgresiones y actos de desobediencia. También menciona Allah en Su Libro, gloria a El, el apartarse de palabras y actos vanos, y lo sitúa entre dos de las obligaciones del Islam, señal de su enorme importancia y trascendencia: entre el Salat y el Żakat.

Dice el Altísimo: “Han tenido éxito los creyentes. Aquellos que en su oración son humildes, quienes se apartan de la frivolidad, y los que pagan el Żakat” (Surat ‘al Muminun’, 1-3)

Una de las formas más detestables de frivolidad es hablar de otros en su ausencia y la difamación de otros para corromper su honor y su buen nombre (al-ghiba, an-namimah). Y, también, promocionar, fomentar las incidencias y dedicarse a perseguir las debilidades, defectos y circunstancias de los demás o burlarse y ridiculizar a los otros. El oído y la vista, que son dos nobles facultades humana, si se dedican a husmear los secretos y asuntos privados de los demás y se abren a mirar y a oír maldades, indecencias y cosas ilícitas, ocasionan la degeneración del corazón, lo corrompen, lo enferman y entonces le resulta difícil al hombre cumplir con la obediencia y le llevan a rechazar lo que todo el mundo reconoce como bueno, justo y correcto (al-ma’ruf).

Así pues, tened taqwa de Allah siervos creyentes de Allah. Apartaos de la frivolidad y de los ignorantes, y guardad los miembros de vuestro cuerpo y vuestros sentidos y facultades, y protegeos de no caer en la necedad, tanto en palabras como en acciones.

Aquél que muy a menudo incurre en lo vano, frívolo e inútil acaba incurriendo muy a menudo en faltas y transgresiones, y quién muy a menudo comete faltas se está haciendo merecedor del Fuego. A Allah, gloria a El Le pedimos que nos guarde y nos proteja del Fuego y que nos guíe al camino recto.

* * * * * * *

¡Musulmanes!, muy frecuentemente está el ser humano distraído, entretenido, ocupados sus miembros en asuntos frívolos, inútiles, tanto en palabras como en actos: mentiras, calumnias, falsos testimonios, hablar mal de otros, acusaciones, insultos, maldiciones, insinuaciones y difamaciones. Es más, hay gente que se dedica enteramente a despedazar el honor ajeno, a espiar los fallos y defectos ajenos y, todo ello, provoca el endurecimiento de los corazones, el alejamiento y distanciamiento de Allah, gloria a El, y malgasto de la vida en un curso del cuál sentirá esa gente remordimiento y un doloroso pesar. Todo eso es lo contrario de las cualidades y atributos de los creyentes.

Nuestro Profeta, Paz y bendiciones de Allah con él, nos instruyó y nos mostró el camino exhortándonos a que no haya reunión, asamblea, ni conversación en la que no esté presente el recuerdo de Allah.

Dijo, Paz y bendiciones de Allah con él: “Cada vez que una gente se junta en una reunión y no recuerdan en ella a Allah y no piden en ella bendiciones por Su Profeta, cae sobre ellos la desgracia. Si Allah quiere, les castiga y, si El quiere, les perdona”. (Hadiz narrado por Abu Huraira, transmitido por Tirmidhi)

También nos enseñó, Paz y bendiciones de Allah con él, como remediar esa situación, pronunciando palabras que sirven de expiación o purificación de lo que haya podido ocurrir en una asamblea (kaffaratul mayalis). Dijo, Sallallahu alaihi wa Salam: “Quien se sienta en una reunión en la que se haya hablado mucho y, antes de levantarse para abandonar la reunión, dice: “Subhanaka Allahuma wa bi hamdika. Ash hadu an la ilaha illa Anta, astaghfiruka wa atubu ilaik” [¡Gloria a Ti, oh Allah, y las alabanzas Te pertenecen! Doy testimonio de que: no hay más dios que Tú, Te pido perdón, y a Ti me vuelvo arrepentido], se le perdonará lo que haya podido ocurrir en esa asamblea”. (Hadiz transmitido por Abu Daud y ad-Darani)

A Allah Le pedimos que Se vuelva a nosotros perdonándonos y que nos guíe y nos ayude a hacer y a decir lo que nos reporte rectitud y beneficio en nuestra vida en este mundo, y en la próxima. Que Allah bendiga a Su Siervo y Mensajero Muhammad. Y a su familia, y sus nobles compañeros y a todos cuantos les siguen con sinceridad hasta el Último Día.

Wa salla Allahu ala Saydina Muhammad wa ‘ala alihi wa sahbihi wa sallam. Amín.

0 comentarios

Publicar un comentario