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mezquita de Granada
Imam: Sheij Muhammad Al Kasabi


Alhamdulillah.

¡Creyentes! Temed a Allah, a quien Le teme, El le protege.

Sabed que el habla es una distinción con la que Allah ha honrado a la descendencia de Adam, la paz con él. Así mismo, les ha favorecido con muchos dones por encima de muchas de Sus criaturas.

La lengua es un instrumento que le permite al hombre expresar lo que hay en su corazón.

Es un miembro de tamaño pequeño pero de consecuencias enormes en el efecto de su acción.

El Libro de Allah es claro cuando se refiere al peligro de la lengua, y cuando habla de la necesidad de guardarla y utilizarla al servicio de la verdad; y dejarla quieta para no pronunciar falsedad.

Allah ha prometido Su recompensa a los que se apartan de las palabras vanas y de las malvadas. También, ha amenazado de un castigo y maldición para quienes hacen daño a otros con la lengua.

“Cuando los ignorantes les dirigen la palabra dicen: “¡Paz!””.
(Surat Shu’ara)

“Y los que se apartan de las palabras vanas”.
(Surat Muminun)

“Malditos sean los calumniadores y los murmuradores”.
(Surat Al Humaza)

“Y no obedezcas al que jura mucho, calumniador que difunde las difamaciones”.
(Surat Nur)

Relata Sufian Ibn Abdullah, que Allah esté complacido con él: “Le dije al Profeta, paz y bendiciones de Allah con él: “¡Oh, Mensajero de Allah! Dime una cosa a la que me aferre. Dime sobre el Islam un asunto que después de ti no necesite preguntarlo a nadie”. Dijo: “Di: “Mi Señor es Allah”. Y después, obra con rectitud”. Dije: “Mensajero de Allah, de todas las cosas que debo temer por mí, ¿cuál es la más grave?”. Entonces, se cogió la lengua con sus dedos y me dijo: “Ésta””.
(Hadiz de Muslim, Tirmidhi e Ibn Maya)

El que una persona se abstenga de lo que no es lícito es un asunto que entraña una enorme importancia en nuestro Din Hanif.

Las puertas por las que el musulmán se procura provecho y beneficio para sí mismo son muchas; y la mejor de ellas es el Dhikr de Allah abundante.

Le preguntó un hombre al Mensajero de Allah, paz y bendiciones de Allah con él: “Las obligaciones del Islam se me hacen pesadas, infórmame de algo que me sirva de agarre y asidero”. Y le dijo el Profeta, paz y bendiciones de Allah con él: “Que tu lengua esté siempre húmeda con el recuerdo de Allah”.
(Hadiz de Tirmidhi e Ibn Maya, lo relató Bisru Ibn Abdullah, que Allah esté satisfecho con él)

El recuerdo y la mención de Allah es origen y punto de partida de todas las acciones rectas, tanto las de adoración como los demás actos del hombre. El musulmán no reza, ni da zakat, ni ayuna, ni ordena el bien, ni prohíbe el mal, y no se aleja de las cosas dudosas y de las cosas prohibidas, si no es recordando y mencionando a Allah.

Por esa razón, el Profeta, paz y bendiciones de Allah con él, negó que exista bien alguno en la creación entera si no es allí donde Allah es recordado y todo lo que está vinculado con su recuerdo.

Dijo, paz y bendiciones de Allah con él: “¿Acaso no está la existencia de este mundo maldita y todo cuanto en ella hay es desgraciado, excepto el Recuerdo de Allah y lo que de él se sigue?”.
(Hadiz de Abu Huraira, que Allah esté complacido con él, que recogen Tirmidhi e Ibn Maya)

Y también dijo, paz y bendiciones de Allah con él: “Todas las palabras que el hijo de Adam, la paz con él, pronuncia son en su contra y no a su favor, excepto cuando ordena el bien, cuando prohíbe el mal y cuando recuerda a Allah”.
(Hadiz que relató Umm Habiba y que recogen Tirmidhi e Ibn Maya)

Que Allah tenga misericordia de un siervo cuando dice el bien y con ello atesora ganancias y cuando guarda silencio, asegurándose así estar en paz.

El silencio es paz; y hablar bien es ganancia y botín. Y desde luego, el que atesora un botín es mejor que quien se queda en paz.

El inteligente es el que deja su lengua detrás de su corazón. Cuando va a hablar primero consulta con su corazón. Si es propio de él, entonces habla. Si va a ser en su propio perjuicio, entonces calla.

El ignorante es el que expone su corazón en la punta de la lengua. No consulta con su corazón. Lo que le viene a la lengua, eso es lo que dice.

Todas las formas de buenas palabras son mejores que el silencio.

El silencio para guardarse de hablar el mal en todas sus formas es mejor que la palabra.

El perspicaz y el sabio es quien pone cada cosa en su sitio.

Nuestro Profeta, paz y bendiciones de Allah con él, delimitó con precisión la línea que separa la necesidad de guardar silencio y la obligación de hablar, cuando dijo: “Quien crea en Allah y en el último día, que diga el bien o que guarde silencio”.
(es un hadiz relatado por Abu Huraira, que Allah esté complacido con él; y de consenso entre todas las colecciones de hadices)

El creyente se caracteriza por ser consciente de que Allah le está siempre observando. Y todo su empeño y su celo son no hacer ni decir nada que no sea de la complacencia y agrado de su Señor.

Dice El Excelso: “No pronuncia ni una palabra sin que tenga un vigilante atento junto a él”.
(Sura Qaf, 18)

Puede que una persona diga algo que es agradable a Allah sin darse cuenta y que sea la causa de que se haga merecedor de entrar en el Jardín. Y al contrario, puede que un hombre diga algo que causa el enojo de Allah sin ser consciente de su gravedad y ello sea causa de entrar en el Fuego.

* * * * * * *

Alhamdulillah.
¡Creyentes! Allah ha advertido de un castigo doloroso en esta vida y aún mayor en la próxima para quien escuche complacido mentiras, acusaciones injustas y difamaciones contra un musulmán; ¡cuánto más será el castigo de quienes pronuncian esas palabras ofensivas y acusaciones falsas, pretendiendo con ello dañar el honor y el buen nombre del musulmán y causar perjuicio a su dignidad!

Estas formas de actuar son propias de los hipócritas.

Dice Allah, el Altísimo, el Excelso: “Verdaderamente aquellos que desean difundir la indecencia atribuida a los creyentes tendrán un castigo doloroso en esta vida y en la otra".
(Surat Nur)

¡Cuánta sangre se ha derramado!
¡Cuánta riqueza se ha perdido!
¡Cuánto honor y buena reputación se han arruinado por culpa de acusaciones falsas y malas opiniones y por motivos triviales en esta época actual!

¡Creyentes! Cuidáos en guardar la lengua de cosas inútiles y ejercitadla en el uso verdadero y justo de la palabra.

Cuando la lengua habla con rectitud, ello es signo de que el corazón contiene Iman.

Quien hace daño a los demás con su lengua está lejos de la misericordia de Allah.

Dijo el Mensajero de Allah, paz y bendiciones de Allah con él: “No se hace recto el Iman de un siervo hasta que su corazón no es recto. Y no es recto el corazón hasta que la lengua obra rectamente”.

Nuestro Profeta, paz y bendiciones de Allah con él, indicó que todo bien se resume y se condensa en proteger la lengua y en refrenarla de caer en el habla falsa y malvada.

Le dijo, paz y bendiciones de Allah con él, a Muadh, que Allah esté satisfecho con él, después de enseñarle las leyes del Islam y las acciones más bellas y recompensadas: “... ¿No quieres que te informe del compendio de todas estas cosas?”. Le dije: “Ciertamente que sí, Mensajero de Allah”. Entonces me cogió la lengua y me dijo: “Guárdate ésta”. Y le dije: “Mensajero de Allah, ¿es que se nos van a pedir cuentas también por lo que decimos?”. Me dijo: “¡Que tu madre te pierda! Muadh, ¿acaso se verán los hombres arrojados de cara contra el Fuego si no es por la cosecha de sus lenguas?”.
(Hadiz de Tirmidhi)

¡Creyentes!, quien sea capaz de llegar al encuentro con Allah con sus manos limpias de la sangre y la riqueza de los musulmanes; y con la lengua libre de responsabilidades contra el honor de los musulmanes, que lo haga.

Hay gente que no ve paralelismo entre la integridad física y la riqueza por un lado y la reputación o el honor por el otro. Y puede que piense que el delito de ofender a otros en su honor o su reputación no se puede equiparar a la gravedad de matar, herir o robar.

Sin embargo, nuestro Profeta, paz y bendiciones de Allah con él, equiparó estas tres cosas cuando dirigiéndose a la multitud en el Hajj de la despedida, dijo: “¡Hombres! Vuestra sangre, vuestra propiedad y vuestro honor os son inviolables, como inviolables son este día y este lugar”.

La realidad tangible es que dañar el honor y la buena reputación, causa daño inmediatamente a la integridad física y a la propiedad.

Y Que Allah bendiga a Su Siervo y Mensajero Muhammad. Y a su familia, y sus nobles compañeros y a todos cuantos les sigan con sinceridad hasta el Último Día.

Wa salla Allahu ala Saydina Muhammad wa ‘ala alihi wa sahbihi wa sallam. Amín.

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