| 0 comentarios ]

Mezquita de Granada
Imam:Shayj Muhammad Al-Kassbi

Musulmanes, os exhorto a que tengáis Taqwa de Allah, ya que esta es la mejor provisión posible y es felicidad en esta vida y en la próxima.

Siervos de Allah, son muchas las ocasiones en las que el ser humano busca aspectos de esta vida que le den felicidad y tranquilidad en este mundo; esto es algo en lo que están de acuerdo todos los seres humanos. Las diferencias están en la imagen que cada uno tiene de la felicidad y en los medios que emplea para conseguirla; esto hace que sean muchos los que corren detrás de la felicidad pero son muy pocos los que llegan a alcanzarla; no está lejos, pero el problema es que mucha gente la busca donde no debe. Nuestro señor, azza wa yalla, nos informa en Su Libro que esta felicidad se encuentra en dos asuntos: en la creencia y en la acción recta. 

Dice Allah: “A quien haya obrado con rectitud, sea varón o hembra, siendo creyente, le haremos vivir una buena vida y le daremos la recompensa que le corresponda por lo mejor que haya hecho” (Nahl, 97).

La buena vida, entonces, es que Allah le dé aceptación y éxito al siervo en la adoración, y que eso le llegue hasta el corazón y saboree esta dulzura, se expanda su pecho y se purifique su alma.

Dijo el Mensajero, al que Allah come de bendiciones: “Lo asombroso del creyente es que todas las acciones en él son buenas, y esto no puede hacerlo más que el creyente. Si le acontece una desgracia, es paciente, y eso es mejor para él; y si le viene un bien, lo agradece, y eso es mejor para él” (Rawahu Muslim ‘an Suhaib Ibn Sinan).

Que el siervo acepte con su corazón a Su Señor y se aferre a Su recuerdo conducen a una alegría y sosiego que le hacen olvidar las penas y desgracias. Dijo el Mensajero, SAWS: “Aquel que el ájira sea su anhelo, Allah pone riqueza en su corazón y hace que sus asuntos sean claros, y le entrega dunia aunque no la desee. En cambio, aquel que tenga su anhelo puesto en dunia, Allah le muestra su pobreza ante sus ojos y hace que su asunto esté dividido, desordenado, y no le entrega de dunia más que lo que tenía decretado” (Rawatu Tirmidhi ‘an Anas Ibn Malik).

Los que aceptan a Su Señor con sus corazones, los que se aferran a su obediencia, los que son constantes en su recuerdo serán los más felices y sosegados.

Le preguntaron en una ocasión a Hasan al Basri: “¿Cuál es el secreto de tu desapego a dunia? Dijo: “Sé que mi provisión no la va a tomar nadie más que yo, con lo que he tranquilizado mi corazón en este sentido. Sé que mis acciones nos las harán nadie más que yo, con lo que me he empleado y he llenado mi tiempo de ellas. Sé que Allah me vigila constantemente, por lo que tengo vergüenza de que me encuentre en un acto de desobediencia. Sé que la muerte me está esperando, con lo que me he aprovisionado para el encuentro con Allah”.

Esta es la verdadera alegría y dicha; no está restringida a tiempo ni lugar, y no tiene que ver con la salud en los cuerpos; la forma de que aumente es aceptar a Allah sinceramente con tu corazón; no finaliza con la muerte, sino que se completa y perfecciona cuando la gente de rectitud e imán son informados de que tendrán aquello que Allah ha prometido para ellos en el Jardín.

***********
Musulmanes, si el imán y la obediencia son la forma de obtener la felicidad en esta vida y en la próxima, la incredulidad y la desobediencia son las compañeras de las desgracias y la tristeza en dunia y en ájira.
Cometer actos de desobediencia repercute negativamente en el corazón de quien los lleva a la práctica, también en su caminar por esta vida, en su relación con Su Señor y en la relación con los siervos; siente estrechez en su nafs y siente desprecio de los siervos de Allah.

Dice Allah: “Quien se aparte de Mi recuerdo… Es cierto que tendrá una vida mísera y el Día del Levantamiento le haremos comparecer ciego” (Taha, 124).

Esta es una advertencia clara de lo que les espera a los que cometen actos de desobediencia. Todo lo que se sucede al ser humano, tanto a nivel individual como a nivel de la Ummah: la dureza de los corazones, el odio y la envidia, la mala opinión entre los siervos, la ruptura de los vínculos familiares, la mengua de baraka en la provisión… ciertamente todo es fruto de la desobediencia y el olvido del recuerdo de Allah.
Dice Allah: “Cuando se apartaron, Allah apartó sus corazones” (Saf, 5).

Cuando Imam Ashfi’i visitó a Imam Malik y leyó ante él y estudió con él, se impresionó Imam Malik de la inteligencia, la comprensión y las nobles cualidades que poseía este alumno. Le dijo: “Ciertamente Allah ha puesto una luz en tu corazón, no la apagues con la oscuridad de la desobediencia”.

Se ha transmitido que Ibn Abbas, que Allah esté complacido con ambos, dijo: “Ciertamente las hasana son luz en el corazón, luminosidad en el rostro, amplitud en la provisión, fuerza en el cuerpo y amor en los corazones de la creación; y las sayiat son oscuridad en el corazón, sombras en el rostro, estrechez en la provisión, debilidad en el cuerpo y desprecio en los corazones de la creación”.


0 comentarios

Publicar un comentario