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Mezquita de Granada Imam:Shaij Muhammad Al-Kassbi Musulmanes os exhorto a que tengáis Taqwa de Allah, ya que la Taqwa conduce al siervo a la obediencia y complacencia de Su Señor. Sabed que nuestro Mensajero, al que Allah colme de bendiciones, recibió la purificación de Su Señor, limpió su corazón, su lengua y su mirada; era el veraz, el digno de confianza. Cuando quería el Mensajero que su ummah diera importancia a algunos de los asuntos, juraba por ellos, como muestra de la importancia que tenía el asunto y como llamada a llevar a acabo esa acción o a alejarse de esa prohibición. Dijo, salla allahu alaihi wa sallam: “Hay tres por las que juro y, si os hablo de algo, (si os transmito un hadiz) memorizadlo. No mengua la sadaqa el dinero del siervo. No hay siervo que cuando se comete una injusticia contra él y permanece paciente Allah no lo eleve en posición. No hay siervo que abra la puerta de la petición (de pedir) sin que Allah abra para él la puerta de la pobreza. Ciertamente la dunia es de cuatro categorías de gente: Un siervo al que Allah le da riqueza y conocimiento, él teme a su Señor en ello y con ello estrecha los vínculos; sabe que Allah tiene derechos sobre él. Ésta es la mejor de las categorías. Un siervo al que Allah le da conocimiento, pero no le da riqueza; es de intención clara, dice: ‘Si tuviera dinero, sería como fulano’; él estará junto a su intención, y la recompensa de ambos será la misma. Un siervo al que Allah le da riqueza, pero no le da conocimiento; él derrocha su dinero sin conocimiento, no hay temor en él a su Señor, y no lo emplea para estrechar los vínculos familiares; no sabe que Allah tiene derechos sobre él. Está en la condición más baja. Un siervo al que Allah no le ha dado riqueza ni conocimiento, y dice: ‘Si tuviera dinero, lo emplearía en lo que lo emplea fulano’; estará entonces junto a su intención, y su maldad será la misma” (Rawahu Tirmidhi ‘an Abi Kabshata Al Anmariyi). El Mensajero, al que Allah colme de bendiciones, enseña a su ummah la importancia de la sadaqa y su enorme beneficio; la sadaqa es una prueba del Imán del siervo, jamás la sadaqa mengua la riqueza; todo lo contrario, la incrementa y la purifica. La paciencia y no desfallecer incrementa en nobleza y posición al musulmán. Allah jamás hace que se pierda la recompensa del paciente, del perseverante; todo lo contrario, le da sin fin, al contrario de lo que imagina mucha gente. La paciencia, la perseverancia, assabr, eleva al que la lleva a la práctica hasta alcanzar la compañía de Allah. Ciertamente Allah está con los pacientes. Nuestro noble Mensajero, al que Allah colme de bendiciones, no se enfadaba cuando se le atacaba hasta que no se pasaban los límites de Allah. Nos enseña también el Mensajero, y esto es de vital importancia, que quien pide a la gente sin una necesidad real, se está perdiendo y se está desviando. El que así actúa está intentando que la riqueza, que el dinero, le llegue por una puerta que no es la que tiene para él, y lo que realmente está consiguiendo es abrir ante él la puerta de la pobreza. El estar por encima de lo que tienen los demás, pedirle al verdadero rico, al que posee las mejores mercancías de la Tierra y de los cielos, emplear los medios permitidos, es lo que hace que se abran ante ti, sin ningún tipo de barrera, las puertas de la riqueza. Si la gente de riqueza agradece a su Señor, si se impregnan de la noble cualidad de la generosidad, si gastan su dinero en el bien, Allah pone baraka en ellos y en su riqueza, pues gastar según lo reconocido es parte del agradecimiento debido a la riqueza. Allah ha prometido a quien sea agradecido con sus dones que se los incrementará. Si el que está siendo tratado injustamente permanece paciente −más aún cuando ve que actuar así conllevará mayor injusticia−; si permanece paciente, si deja sus asuntos en manos de Allah, el Noble y Benevolente eliminará de él toda esa oscuridad, lo elevará de rango y de estación y tratará con dureza a todos aquellos que le han castigado. Si el pobre se impregna de paciencia e indulgencia, Allah lo hará rico con Su favor, si así lo desea. Pero el ser humano ha sido creado de precipitación, y todo lo quiere con precipitación y premura. *********** El Mensajero, al que Allah colme de bendiciones, divide la dunia en cuatro categorías de gente, y reconoce que algunos de los mayores dones que Allah entrega a Sus siervos son la riqueza y el conocimiento. Y no se les entregarán estos dones más que a aquellos que tengan temor de Allah en lo que poseen y lo gasten en la causa de Allah, aquellos que actúen conforme al conocimiento que poseen y lo transmitan y enseñen a la gente. Aquel al que Allah le conceda el enorme favor de entregarle estos dos asuntos ha de saber que le está entregando un bien enorme. La mayor prueba que le puede pasar al siervo, la peor calamidad que le puede acontecer, es que reúna dos cosas: riqueza y avaricia, y malgasto e ignorancia. Uno de los signos que desvelan el mal de esta persona es que todo aquel que intenta ser como él, todo el que quiere tener su mismo estado y posición, estará atrayendo la misma maldad que se le entrega al primero. Pedimos a Allah que nos ayude, nos proteja del mal y nos conduzca hacia el bien.

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