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Mezquita de Granada
Imam: Sheij Muhammad Al Kassbi

Alhamdulillah

Musulmanes, os exhorto a que tengáis taqwa de Allah y que os encaminéis hacia la obediencia tras el noble mes del ayuno.

Uno de los signos de que las hasanas han sido aceptadas es continuar haciéndolas, ya que la hasana realizada dice: “mi hermana, mi hermana” (llamándola). Esto es parte de la misericordia y el favor de Allah, que es generoso con su siervo, ya que si hace una hasana sincera, buscando con ella la faz del Misericordioso, Allah le abre la puerta para que haga otra y así se acerque cada vez más a Él.

Dice Allah: “Y a los que siguen la Guía les aumenta en guía y les infunde Su temor”.

La buena acción es un buen árbol que necesita de riego y cuidados para que sus raíces se afiancen, crezca sano y fuerte, y pueda dar sus frutos. El musulmán debe cuidar sus buenas acciones, debe ser constante en ellas, no ha de ser negligente y ha de ir siempre hacia delante, una a una, con constancia y sin pausa.

Ciertamente esta forma de actuar es el istaqama, la rectitud. El creyente no ha de relajar su corazón, no ha de olvidar su mente hasta que no introduzca sus pies en el Jardín, ésta es la verdadera meta del creyente.

Otro de las signos de la aceptación de la tawba y las buenas obras practicadas durante el mes de Ramadán es que una vez que haya pasado el mes el creyente se encuentre en mejor estado a la hora de obedecer a Allah.

Uno de los asuntos que puede ayudar al musulmán en la continuación con sus buenas obras es el equilibro, la moderación a la hora de la ibada, no cargarse con aquello que uno no puede soportar, no hacer la adoración como algo difícil, no imponerse algo que te conduzca a la desesperación, al olvido y finalmente a la transgresión de los límites.

Aisha, que Allah esté complacido con ella, dijo: ‘Fue preguntado el Mensajero, al que Allah colme de bendiciones, de cuál es la acción más amada por Allah’ y dijo: ‘La constante aunque sea pequeña’. (Rawahul Bujari wa muslim)

Y dijo salla allahu alaihi wa sallam en otro hadiz: “Oh gente, imponeos lo que podáis hacer, ya que Allah no os deja hasta que vosotros no le dejáis a Él. Y ciertamente la acción más amada por Allah es aquella en la que es constante el siervo aunque sea pequeña”. (Rawahu Muslim)

La compañía de los salihín es también una ayuda para continuar con las buenas obras emprendidas en Ramadán. Dijo el Mensajero, al que Allah colme de bendiciones: “La persona tiene el din de su amigo íntimo, que cada uno de vosotros mire de quien se rodea"(Rawahu Attirmidhi)

También es una ayuda el estar presente y dar vida a las noches de recuerdo de Allah, en las que se da vida a los corazones y se anhela hacer el bien, en ellas desciende la misericordia y los ángeles cubren a sus integrantes con sus alas.

Alejarse de todo aquello que corrompe el corazón es también una ayuda para ser constante con las buenas obras, como por ejemplo alejarse y protegerse de las malas compañías. Dijo el Mensajero, al que Allah colme de bendiciones: “El buen compañero y el malo son comparables al que lleva almizcle y el que sopla el fuelle en una fragua. El que lleva almizcle, o bien te regala algo de perfume, o le compras o puedes percibir un buen olor de su parte. Pero el que sopla el fuelle en la fragua, o te quema la ropa o recibes mal olor de él’.

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Ciertamente el creyente sincero reúne el bien y el miedo a Allah. Dice Allah: “En verdad los que están estremecidos por temor de su Señor, ésos que creen en los signos de su Señor y que no asocian a otros con su Señor; los que dan de lo que se les da y sienten temor en su corazón porque saben que han de retornar a su Señor. Ésos son los que se apresuran en hacer el bien y son los primeros en ello”.

Al Hasan Al Basri, que Allah esté complacido con él, dijo: “Ciertamente el creyente reúne la excelencia (al ihsán) y el miedo (as shafaqa), y el hipócrita reúne la maldad (isa atan) y es temerario (amnan)’.

Dijo el Profeta, al que Allah come de bendiciones: “No hay ninguno de vosotros al que no hable su Señor sin que haya intérprete entre ambos. Mirará a su derecha y no verá más que lo que ha realizado, mirará a su izquierda y no verá más que lo que ha hecho, mirará hacia delante y no verá más que el fuego frente a él. Temed al Fuego, aunque sea en la piel de un dátil. Y quien no encuentre esto, que lo haga con una buena palabra”. (Rawahul Bujari an Adi Ibn Hatim)

Una de las liberaciones del Fuego es hacer el bien con la creación y con las criaturas. El creyente no ha de despreciar nada de lo reconocido como bueno, por pequeño e insignificante que pueda parecer. Las buenas palabras son todas las palabras que acercan al siervo a Su Señor y que sirven de beneficio a los siervos de Allah.

Oh Allah te pedimos que nos hagas entran en el Jardín por nuestras buenas acciones y palabras.

Wa salla Allahu ala Saydina Muhammad wa ‘ala alihi wa sahbihi wa sallam. Amín

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