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Mezquita de Granada.
Imam: Sheij Muhammad Al Kassbi



Alhamdulillah

Musulmanes, os exhorto a que tengáis Taqwa de Allah ya que la Taqwa es la mejor provisión de este mundo.

“No, por Allah que Él jamás te hará daño, ciertamente mantienes los vínculos familiares, dices la verdad, ayudas al oprimido, honras al invitado y ayudas a establecer la verdad”.

Con estas buenas palabras, de esta noble forma acogió Jadiya a su esposo el Mensajero de Allah, al que Allah colme de bendiciones, tras la vuelta del Mensajero de la cueva de Hira en la que se encontró por primera vez con el más grande de los ángeles y con el vínculo de la Revelación, Yibril, alaihi salam.

Este encuentro tuvo como consecuencias el miedo y el temor en el corazón del Profeta, hasta que Jadiya lo tranquilizó con sus palabras: “No, por Allah que Él jamás te hará daño”. No eres tú un siervo del que Su Señor se olvida y te desampara, tú eres un siervo generoso con los demás siervos y les has dado todo el bien posible.

Le recordó éstas cinco nobles cualidades, cualidades que quien las ponga en práctica estará alcanzando la majestuosidad en dunia y la nobleza en el ajira. La primera de estas cualidades es el mantenimiento y estrechamiento de los vínculos familiares. Y de esto ya hemos hablado en el jutba de la semana pasada. La segunda cualidad es la veracidad en la palabra. Y de esta noble cualidad hablaremos hoy, con el permiso de Allah.

Le dijo Jadiya al Profeta: “Das veracidad a las palabras”. Es decir: “Nunca mientes, jamás ha salido de tu boca una mentira en toda tu vida”. Así era nuestro Mensajero, al que Allah colme de bendiciones, conocido por su veracidad y por su amana desde su nacimiento.

Cuando su Señor le ordenó que se dirigiera a su gente: “Advierte a tus familiares cercanos”, subió el Mensajero a la colina de Safa y comenzó a llamar a las tribus, una por una. Cuando estuvieron reunidos, les dijo: “Si os informara de que hay un ejército armado preparado para atacar detrás de esta colina, me creeríais?” Dijeron: “Sí, tú eres entre nosotros uno de los que no engaña, y jamás hemos escuchado una mentira por tu parte”. Dijo: “Yo vengo como advertidor para vosotros, si no creéis, el castigo caerá sobre vosotros”.

En el conocido y largo hadiz de Heráclito, cuando le dijo a Abu Sufian: “Te pregunté si le acusabais de mentiroso antes de traer el mensaje que trajo, y me dijiste: ‘no’. Supe entonces que no sería capaz de mentir sobre Allah y no mentir a la gente”.

Por ser continuo en la verdad, por no decir jamás una mentira, es por lo que Allah le elogia en Su Libro con la cualidad de la veracidad. “Aquel que viene con la verdad y la confirma, ésos son los temerosos (de Allah)”. (Grupos, 33)

Son numerosas las aleyas del Libro en las que se habla de los veraces y se exhorta a la veracidad en la palabra. Dice Allah: “¡Oh Vosotros que creéis! Temed a Allah y sed de los veraces”. (Tawba, 119)

El Mensajero, al que Allah colme de bendiciones, informa que el camino hacia el Jardín es la veracidad, cuando dijo: “Sed veraces, pues ciertamente la veracidad conduce a la bondad y la bondad conduce al Jardín. El hombre continúa diciendo y aferrándose a la verdad hasta que es escrito junto a Allah como uno de los veraces”. (Rawahul Bujari wa Muslim, an Abdullah Ibn Más’ud)

La veracidad tiene diferentes grados: veracidad en la intención, y esto significa sinceridad en la adoración, la excelencia, que significa adorar a Allah como si lo estuvieras viendo, y si no, sabiendo que Él te ve.

La veracidad en la palabra; dice Allah en Su Libro: “¡Oh vosotros que creéis! Temed a Allah y decid palabras verdaderas…” (Ahzab, 70)

La veracidad en las acciones: Que significa que el siervo lleve a la práctica todas sus acciones, tanto del din como de dunia, con firmeza y dignidad.

Tened temor de Allah siervos suyos, aferraos en todo momento e instante a la verdad, impregnad de ellas vuestros corazones, vuestras lenguas y vuestros miembros, ya que es el comienzo de todo bien y la nobleza en dunia y en ájira.

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Musulmanes, Ciertamente la veracidad es una de las más grandes cualidades dignas de alabanza, una cualidad en la que creció el Mensajero de Allah, una cualidad que enseñó y transmitió a sus compañeros y seguidores, una cualidad que exhortó a llevar a la práctica a todo aquel que le sigua hasta el Día del Levantamiento.

Cuando preguntaron a Hasan Ibn Ali, que Allah esté complacido con ambos: “¿Qué es lo que más recuerdas del Mensajero, al que Allah colme de bendiciones?”, dijo: “Solía decir: ‘Deja lo que te hacer dudar por lo que no te hace dudar, ya que la verdad es tranquilidad y la mentira es angustia’”.

Dijo el Mensajero, al que Allah colme de bendiciones: “Garantizadme seis asuntos y yo os garantizo el Jardín: Decid la verdad cuando habléis, cumplid cuando prometáis, devolved vuestras amanas, proteged vuestras partes privadas, bajad vuestras miradas y controlad vuestras manos”.

Sa’ad Ibn Muahd, que Allah esté complacido con él, dijo: “Hay tres asuntos en los que yo soy un hombre (en los que soy fuerte) y en el resto de asuntos soy débil: ‘No he dejado de hacer un Salat desde el día que acepté el Islam sin que mi corazón estuviera presente en él. Siempre que he asistido a un entierro no he pensado en nada más que en qué se le preguntará al muerto y qué responderá cuando sea enterrado. Y todas las palabras que he escuchado del Mensajero, al que Allah colme de bendiciones, sabía que eran verdad”.

Pedimos a Allah que fortalezca nuestro Imán y que dé veracidad a nuestras intenciones, nuestras acciones y nuestras palabras.

Wa salla Allahu ala Saydina Muhammad wa ‘ala alihi wa sahbihi wa sallam. Amín

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