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mezquita de Granada
Imam: Hafid Ahmed Bermejo
Allahu Akbar, Allahu Akbar, Allahu Akbar!

Musulmanes, os exhorto, y a mi mismo, a tener Taqwa de Allah, a que Le obedezcáis en Sus mandatos y os alejéis de Sus prohibiciones, ya que si lo hacéis estaréis siendo de los caminan por el sendero del éxito, tanto en esta vida como en la próxima.

Musulmanes, nos encontramos en un día de enorme beneficio, un día lleno de baraka y felicidad para los musulmanes, en el que conmemoramos el final del Hayy, el final de uno de los cinco pilares del Islam, –del mismo modo que en el ‘Id al-fitr celebramos el final del pilar del ayuno. Y pedimos a Allah que acepte el Hayy de todos los que lo han hecho.

En el día de hoy se hace un acto de inmensa importancia y sabiduría, un acto que es una sunna muakkada, es decir, una sunna que hacía siempre el Mensajero al que Allah colme de bendiciones, y que debe hacer todo aquel que tenga medios y posibilidades. Al hacerla, el creyente se estará acercando a Su Señor; esta acción es el sacrificio.

Dice Allah en Su Libro: “Por eso reza a tu Señor y ofrece sacrificios”.

Musulmanes, hoy es el Día del Sacrificio. Y tal día como hoy, nuestro padre Ibrahim, al que Allah colme de bendiciones, superó la prueba que le había puesto Allah, con inmensa fuerza y sinceridad, cumpliendo la orden de su Señor sin un ápice de duda, pues tenía plena confianza en Él y a Él estaba entregado. Y esta entrega y confianza no eran sólo propias de Ibrahim, sino de todos los Profetas y enviados de nuestro Señor.

Dice Allah en otra aleya en la Surat de la Peregrinación:
“Para cada comunidad hemos instituido un lugar de ritos, para que mencionen el Nombre de Allah sobre las cabezas de ganado que les hemos proporcionado. Así pues, vuestro dios es un Único Dios, someteos a Él. Y anuncia las buenas noticias a los sumisos”. (Hayy, 34)

Y en la surat al An’am dice:
“Di: En verdad mi oración, el sacrificio que pueda ofrecer, mi vida y mi muerte son para Allah, el Señor de los mundos. Él no tiene copartícipe. Éso es lo que se me ha ordenado. Soy el primero de los musulmanes”. (61, 162)

Allahu Akbar, Allahu Akbar, Allahu Akbar!

Musulmanes, ciertamente de la historia de Ibrahim y su hijo Ismail, que Allah esté complacido con ambos, que nos relata el Coran, podemos obtener muchas enseñanzas; pero hay que destacar dos por encima de las demás: La obediencia al Creador y la obediencia a los padres.

Dice Allah:
“¡Señor mío! concédeme una descendencia de justos. Y le anunciamos un niño que habría de tener buen juicio. Y cuando éste alcanzó la edad de acompañarle en sus tareas, le dijo: ¡Hijo mío! He visto en sueños que te sacrificaba, considera tu parecer. Dijo: ¡Padre! Haz lo que se te ordena y si Allah quiere, encontrarás en mí a uno de los pacientes". (37, 100)

En estas aleyas leemos claramente que Ibrahim había visto en un sueño que sacrificaba a su hijo, al hijo que había estado esperando tanto tiempo y que por fin Allah le había concedido como respuesta a sus duas.

Cuando llegó la hora, Ibrahim no lo dudó un solo instante y no sintió miedo en su interior. Más bien todo lo contrario; se encaminó a cumplir la orden de su Señor y le dijo a su hijo, tal y como viene relatado por la gente de transmisión: “Se apresuró Ibrahim a cumplir su mandato, y tomó con él un cuchillo y una cuerda; y luego se encaminó con su hijo hasta el valle de la montaña; y le dijo Ismail: “Padre, ¿dónde está tu animal para sacrificar?” Dijo Ibrahim: “¡Hijo mío! He visto en sueños que te sacrificaba, considera tu parecer. Dijo: ¡Padre! Haz lo que se te ordena y si Allah quiere, encontrarás en mí a uno de los pacientes.”

Ciertamente, esta es la respuesta de alguien que tiene la confianza en Allah fuertemente arraigada en su corazón, de alguien cuyo Iman ha inundado todos sus miembros y cuto único deseo es satisfacer la voluntad de su Señor y la de su padre.

Decidme, hermanos en el Islam: Si se nos pusiera una prueba semejante ¿cuántos de nosotros seriamos capaces de aceptar con tanta firmeza el decreto de nuestro Señor?

Y en ese momento en el que los dos, padre e hijo, habían aceptado con sumisión el mandato de Su Señor, cuando ya habían cumplido con la orden de Allah, el Misericordioso tuvo misericordia de ellos, tal como relata la aleya:

“Y cuando ambos lo habían aceptado con sumisión, lo tumbó boca abajo. Le gritamos: ¡Ibrahim! Ya has confirmado la visión que tuviste. Realmente así es como recompensamos a los que hacen el bien. Esta es, de verdad, la prueba evidente. Y lo rescatamos poniendo en su lugar una magnífica ofrenda* [Un hermoso carnero del que se dice era del Jardín.] Y dejamos su memoria para la posteridad”.

Este es el motivo por el que, en un día como hoy, sacrificamos un animal; para rememorar la situación que vivieron Ibrahim y su hijo. Del mismo modo que cada vez que hacemos la oración pedimos por él, que Allah lo colme de misericordia.

Allahu Akbar, Allahu Akbar, Allahu Akbar!

Otro de los asuntos que debemos conocer respecto al sacrifico, es que su hora comienza tras la oración del ‘Id, y que aquel que sacrifique antes de esa hora, sólo conseguirá carne para su familia y obtendrá la recompensa por alimentarla; pero no obtendrá la recompensa del sacrificio del día del ‘Id.

Ha transmitido Al-Barrai bin A’sibin: “Dijo el Mensajero de Allah, salla allahu alaihi wa sallam: “Lo primero que hacemos en este día es la oración, luego volvemos y sacrificamos. Quien haga esto, habrá cumplido con nuestra sunnah y el que sacrifique antes del Salat, eso será (simplemente) carne que ofrece a su familia y no tiene que ver con la Udhiya (la ofrenda del día del Id)” es decir que no obtiene su recompensa”. (Rawahu al Bujari)

El Mensajero, S.A.W.A., sacrificaba un animal en el día del ‘Id al Ahda. Ha trasmitido el hijo de Umar, que Allah este complacido con él y con su padre: “El mensajero llevó a cabo el sacrificio durante 10 años en la ciudad de Medina”. (Rawahu Ahmad wa Tirmidhi)

Se recomienda dar una parte del sacrificio para sadaqa, otra para comerla y otra para almacenarla. Dijo el Mensajero S.A.W.S: “Comed, alimentad a otros y almacenad” (rawahu al-Bujari)

No está permitido vender nada del animal sacrificado, ni siquiera su piel, y tampoco está permitido pagar al carnicero con carne del animal; y esto se extrae de un hadiz del Mensajero S.A.W.S.: “Me ordenó el Mensajero de Allah, al que Allah colme de bendiciones, que sacrificara un animal y que entregara sadaqa de su carne, su piel y de sus organos internos y que no diera nada al carnicero. Dijo: Nosotros damos al carnicero de la parte que nos corresponde” (Rawahu all Bujari wa Muslim)

Pedimos a Allah subhanahu wa taala, que nos de un amor y una obediencia a El como la que tenian Sayiduna Ibrahim y su hijo Ismail.

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Allahu Akbar, Allahu Akbar, Allahu Akbar!

Musulmanes, ciertamente es importante conocer la grandeza de este día en el que nos encontramos, y el mejor modo para hacerlo es conocer sus sunnas y sus aspectos recomendables a la hora de acudir a la oración.

Se recomienda tomar un ghusul y perfumarse antes de acudir a la musalla, y esto es una sunna, tal y como podemos observar en la transmisión de ibn Mayah, que Ibn Abbas que Allah este complacido con ambos dijo: “El Mensajero S.A.W.S. tomaba un gusul el día del ‘Id al Fitr y el día del ‘Id Al Adha”.

Una de las razones por la que es recomendable tomar gusul y perfumarse antes de acudir a la musalla es porque es un día de encuentro entre los creyentes y es algo deseado por todos el acudir a ese encuentro en un estado de belleza y limpieza, del mismo modo que lo es al acudir al Salat del yumuah.

Es también recomendable en el día del ‘Id, recortarse el cabello y acudir a la oración con las mejores ropas que uno posea.

Ha trasmitido : Abdullah ibn Umar, que Allah esté complacido con ambos “Ciertamente el Mensajero vestía en los dos ‘Id las mejores ropas que tenía”.

Otra de las sunnas del día del ‘Id es volver por un camino diferente al utilizado para acudir a la musalla. Han trasmitido Bujari y Abu Dawud entre otros, que Yabir Ibn Abdullah dijo: “El Mensajero S.A.W.S variaba su camino cuando acudía a la oración del ‘Id” Y esto es así, siempre que sea posible, para que los angeles recogan todos tus pasos empleados en llegar a la musía.

Allahu Akbar, Allahu Akbar, Allahu Akbar!

Musulmanes! Otra de las sunnas del día del ‘Id, y esta es de gran importancia, es aprovechar la ocasión de este día de celebración para estrechar los lazos entre los musulmanes, y más aun con los familiares y amigos cercanos. Es una ocasión para solventar las viejas rencillas, los enfrentamientos o las disputas que hayan podido ocurrir. El día del ‘Id es el mejor momento para arreglar estas situaciones, y esto se consigue propagando el saludo entre los creyente.

Fiajos en las primeras palabras que dijo el Mensajero, la paz y las bendiciones de Allah sean con él, según relata Abdullah Ibn Sallam, que era un de los sabios de los judios, que más tarde aceptaría el Islam. Dijo: “Fui al encuentro del Mensajero S.A.W.S., que se encontraba dando el jubta en Quba, y este fue el primer jutba y el primer yumuah del Islam. Y cuando le ví, supe enseguida que su rostro no era el rostro de un mentiroso: ciertamente ese no es el rostro de un mentiroso, ni de alguien que este buscando dunia, o buscando la riqueza, o la satisfación de sus apetitos, sino que era un rostro en el que se veía la veracidad, la luz y la certeza. Luego me senté a escucharle y le oí decir:

“Oh gente, dad de comer a los demás, estrechad los vínculos familiares, propagad el saludo, rezad durante la noche mientras los demás duermen y entraréis en el Jardín en Paz”

Estas fueron las palabras que escuchó Abdullah Ibn Salam y que hicieron que su corazón se volviese a Allah y aceptase el Islam.

Y ciertamente fijaos que en el día de hoy tenemos la oportunidad de cumplir con al menos tres de estos cuatro consejos que dio el Mensajero de Allah.
Te pedimos oh Allah que nos des amor mutuo y nos haga reconciliarnos y reconciliar entre nuestros hermanos hasta que no quede entre nosotros la más mínima rencilla.

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