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Mezquita de Granada
Imam: Sheij Muhammad Al Kassbi



Alhamdulillah

Musulmanes, os exhorto a que tengáis taqwa de Allah.

Sabed, que el vinculo más fuerte que une a los musulmanes, es el vinculo de la hermandad en el din, en el Islam, se intercambian opiniones y buen consejo, se exhortan en la verdad y son perseverantes y pacientes en ello. Se prohíben la injusticia y el engaño, la traición y cualquier tipo de perjuicio ya sea en la palabra o en la acción.
Del mismo modo que el musulmán no traiciona a su hermano, tampoco le niega su ayuda en los momentos de necesidad. Todo esto continúa relacionado con el noble hadiz en el que el Mensajero recuerda la obligación de los musulmanes de ser hermanos entre ellos. En ese mismo hadiz advierte no romper este hermoso vinculo llevando a la práctica los asuntos que puedan pervertirlo.

No es posible que los musulmanes avancen ni que adquieran una posición en la sociedad si ésta hermandad no esta presente entre ellos. Dijo S.A.W.S: “El musulmán es hermano del musulmán, no le trata injustamente ni le traiciona, no le engaña y no le odia, la taqwa se encuentra aquí. Y señaló a su pecho tres veces. Es suficiente mal despreciar a tu hermano musulmán, todo musulmán es inviolable ante otro, su sangre, su riqueza y su honor”. (Rawahu muslim an abi huraira).

La injusticia y el ataque a otro Allah subhanahu wa taala se la ha prohibido a sí mismo y la ha prohibido entre sus siervos ¿Cómo es posible que el musulmán perjudique a su hermano? ¿Acaso piensa que le puede tratar injustamente? La injusticia más grande que puede padecer una persona es que le haga esa injusticia la persona de la que esperaba beneficio, justicia y buen consejo, o de las personas más cercanas a el.

Tampoco puede traicionar a su hermano. Esta traición se refiere a dejar de prestar tu ayuda y tu mano a aquel quien la necesita y que espera esa ayuda de ti. Dijo el Mensajero, al que Allah colme de bendiciones: “No hay persona que ayude a un musulmán en un asunto que pueda menguar su honor, y que se desprecie su inviolabilidad, sin que Allah le ayude en algún asunto que El ame ayudar”.

El musulmán no engaña a su hermano musulmán. La mentira es decir algo que no es veraz. Es una de las cualidades de carácter prohibidas, es uno de los signos de la hipocresía que prohíben a quien la pone en práctica la guía, y le hace ser merecedor de la ira y el enfado de Allah, así como alejarse de la confianza que puedan brindarle los demás. Dijo el Mensajero, al que Allah colme con las mejores de las bendiciones: “La traición más grande, es hablar con tu hermano creyendo el todo lo que dices, pero tu eres sabedor de que lo que le estas diciendo es mentira”. (Rawahu Ahmad an Annawas Ibn Sam’an)

El musulmán no odia a su hermano musulmán. Es decir no desea lo que el tiene, no se siente superior a su hermano ni le desprecia.

La taqwa se encuentra aquí. Y señaló a su pecho tres veces. Es decir, que mediante las acciones externas, las acciones visibles no se llega a obtener la taqwa, si no que la taqwa se puede obtener con lo que encierra el corazón, mediante la inmensidad de Allah, el temor hacia El y el tenerlo presente en todo instante. Si el corazón es temeroso, serán temerosos el resto de miembros del cuerpo humano. Pero que esto no conduzca a nadie a dejar los actos obligatorios y a dedicarse a la desobediencia a Allah diciendo luego: No, la taqwa está en el corazón. Si la Taqwa estuviera en el corazón de quien así actúa juzgaría al resto de sus miembros. En la medida en que el corazón esta sano, están sanos los miembros del cuerpo humano,

“Es suficiente mal despreciar a tu hermano musulmán”, lo que quieren decir estas palabras del Hadiz, es que si no existiera más mal que el desprecio hacía tu hermano musulmán, si lo llevaras a la práctica sería su fuente para ser poseedor de denigrantes cualidades y de merecer el castigo. Está prohibido que un musulmán desprestigie o mengue el valor de su hermano. Ya que Allah, subhanahu wa taala cuando lo creó no lo despreció, todo lo contrario, lo honró, lo protegió, lo engrandeció y lo ensalzó. Dijo el Mensajero, al que Allah colme de bendiciones: “No entrará en el Jardín quien tenga en su corazón un ápice de orgullo”. Dijo un hombre: “El hombre quiere que su ropa sea buena, que sus sandalias sean buenas”. Y dijo Allah: “Allah es hermoso y ama la hermosura, El orgullo verdadero es negar la verdad y despreciar a la gente”. (Rawahu Muslim an Abdullah Ibn Ma’us)

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Dijo el Mensajero, al que Allah colme de bendiciones: “Todo musulmán es sagrado para otro musulmán, su sangre, su riqueza y su honor”.

Es decir no le puede atacar ni en su cuerpo ni en sus posesiones, no puede perjudicarle en su riqueza, robándole, traicionándole o de cualquier otra forma. Tampoco puede atacarle en su honor, no calumnia sobre y no habla mal de el.

Una de las cosas que dijo el Mensajero, al que Allah colme de bendiciones en su Hayy de la despedida fue: “Vuestra sangre, vuestras riquezas y vuestro honor son sagrados para vosotros, como es sagrado para vosotros este día, en este mes sagrado para vosotros y en este lugar sagrado para vosotros”.

Poniendo esto en práctica se podrá conseguir poner los cimientos de una sociedad segura, ya que el musulmán estará tranquilo en su riqueza, en su cuerpo y en su honor.

Musulmanes, si escucháramos, reflexionáramos y pusiéramos en práctica estos consejos del Profeta, la gente amanecería noble y serían los más felices en esta tierra, podrían alcanzar todo lo que anhelan del din y de dunia.

Pero habéis de saber, que la tranquilidad y el éxito en el din y en Dunia no se podrá alcanzar si no existe unidad y armonía entre los corazones, si la fila de los musulmanes no permanece unido y si no nos ayudamos en la virtud y en taqwa.

Wa salla Allahu ala Saydina Muhammad wa ‘ala alihi wa sahbihi wa sallam. Amín

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