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Mezquita de Granada
Imam: Sheij Muhammad Al Kassbi


Alhamdulillah

Musulmanes, os exhorto a que tengáis taqwa de Allah. Sabed que el hombre está formado por cuerpo y espíritu, y que cada uno de ellos tiene una alimentación. Si el cuerpo se sobrepasa en su alimentación, ello le perjudica al espíritu y enferma, y además le impide corregir al corazón.

Y parte de la sabiduría que hay en la prescripción del ayuno es que por él adquirimos control del ego, minimizando aquellas cosas que llevan a fortalecer las pasiones e incrementando lo que alimenta al espíritu. Y lo fortalece de modo que el cuerpo siga al espíritu y se comporte en él del modo que complace a Allah. El mes de Ramadán es la mejor ocasión para alimentar al ruh.

La alimentación del ruh consta de dos partes: vaciarle de algunas cosas y llenarle con otras. Lo vaciamos absteniéndonos de comer y beber, y esto ayuda a la reflexión y comprensión y protege al corazón de los susurros de shaitán. Esta abstención debe ir acompañada de los siguientes elementos:

El ayuno del ojo, de modo que se abstenga de mirar lo ilícito y todo lo que distraiga al corazón del recuerdo de Allah. Dijo el profeta, sala Allahu alihi ua salam: "La mirada es una flecha envenenada de las flechas de Iblis, al que la abandona por temor de Allah, Él le dará un imán que producirá dulzura en su corazón". Lo transmitió al Hakim en el Mustadrah de Hudaifah.

El ayuno de la lengua, absteniéndose de mentir, difamar, calumniar, murmurar y de todo lo que no beneficia. Dijo Rasulullah, que Allah le bendiga y otorgue una paz perfecta: "Quien no abandona la charla y las acciones vanas no es necesario que abandone su comida y bebida por Allah". Lo transmitió Bujari de Abu Huraira.

Cerrar sus oídos a todo lo detestable, pues todo lo que es ilícito pronunciarlo también lo es escucharlo. El oído es el correo del corazón; todo lo que entra por él, va directo al corazón.

También impedirles a los demás miembros, manos, pies, etc. que actúen incorrectamente.
El abandono de todo esto provoca en el ruh el deseo de actuar correctamente. Esto se manifiesta primero en el salat. La oración es la conexión entre el siervo y el Señor, y ésta no se convierte en alimento para el ruh hasta que el siervo no la realiza con humildad reverente (jushua) y presencia del corazón. Y en la recitación del Corán, pues éste es el alimento del ruh y su medicina. Dice Ta ´ala: "Di: este es para los que creen guía y medicina".

También la constancia en el recuerdo y la mención de Allah, pues Allah está con el siervo cuando le recuerda y el dhikr es para el corazón lo que la comida es para el cuerpo. Y que el corazón se mueva entre el temor y la esperanza, ya que no sabe si su ayuno será aceptado y estará entre los cercanos a Allah o será rechazado y estará entre los apartados.

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¡Musulmanes! Cuando el ruh se alimenta a través del abandono de la corrupción y de la adquisición de la corrección, esto se manifiesta en los miembros del cuerpo, y el ego halla expansión en la ibada. En ella encuentra intimidad y sosiego y lleva al nafs a abandonar aquello que ama por Allah, gastándolo, buscando la aceptación de Allah; se aleja de la obediencia a sus pasiones y se reviste de las características del pudor. Así que el ruh que se alimenta de la ibada del ayuno siente pudor ante su Creador. Pues quien abandona por Allah lo que alimenta y beneficia a su cuerpo, ¿cómo no va a abandonar lo que perjudica a su espíritu?

Dijo el Profeta, sala Allahu alaihi ua salam: "Avergonzaos ante Allah con verdadero pudor. Dijeron: Oh Rasulullah, nos avergonzamos y al hamdulillah. Dijo: No es así; aquel que se avergüenza con un verdadero pudor, que proteja a la cabeza y a lo que hay en ella (ojos, oídos, etc.) y al cuerpo y a todo lo que hay en él, y que recuerde a la muerte y la descomposición. Quien desea el ájira abandona el brillo de dunya. El que hace esto realmente se avergüenza ante Allah con verdadero pudor". Lo transmitió Tirmidhi de Abdullah ibn Masud.

Wa salla Allahu ala Saydina Muhammad wa ‘ala alihi wa sahbihi wa sallam. Amín

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