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Mezquita de Granada
Imam: Shej Muhammad Al Kassbi
Alhamdulillah.¡Musulmanes!, os encomiendo y a mí mismo tener taqwa de Allah. Sabed que está a punto de llegar a nosotros un visitante amado y anhelado: el mes de Ramadán, generoso. El mes del Corán, el mes de la misericordia y del perdón.El musulmán debe estar predispuesto favorablemente y preparado para la llegada del mes del ayuno, para poner en buen orden su relación con su Señor y disponerse tanto en un sentido interno como en sus actos externos para beneficiarse de él: con una intención recta, tornándose a Allah, gloria a El, arrepentido y llevando al nafs a la obediencia, dirigiéndose a Allah con humildad en el corazón. El que se dispone a iniciar el Ramadán debe dejar atrás cualquier forma de injusticia y devolver a cada uno lo que le pertenezca. Debe restaurar sus buenas relaciones con sus padres y procurar complacerles y debe recomponer las relaciones que estén mal, o rotas, con miembros de su familia. Debe perdonar a quien le haya hecho daño o le haya causado injusticia.Dice el Altísimo: «Adopta la indulgencia, ordena lo correcto y apártate de los ignorantes». (Surat ‘al Araf’, 199)El ayuno consiste en abstenerse de todo aquello que entra por la boca desde el alba hasta la puesta de sol, es una práctica que comparten todos los musulmanes. Sin embargo, el verdadero ayuno, para el que debemos prepararnos, al que tenemos que acostumbrarnos y que debe afirmarse en vuestros corazones es el ayuno del cuerpo y el ayuno del corazón.Para ello es necesario purificar y limpiar nuestro corazón, y alejarlo de todo lo que es ilícito. Siendo el Shirk (asociar algo o alguien con Allah), la ostentación (riya), la hipocresía (nifaq) y otras enfermedades semejantes, transgresiones mayores cuando uno no está ayunando, durante el ayuno esas enfermedades son un delito y una falta aún mayor y más grave. Así pues, dispongámonos a recibir este periodo bendecido de ayuno con corazones limpios y serenos, libres de esas enfermedades.Si el fraude, la envidia, el rencor contra cualquiera de los musulmanes, el enfado, el odio y el maltrato a cualquier cercano de tu vecindad o de tu comunidad, son todas ellas cosas ilícitas y prohibidas durante cualquier tiempo del año, durante Ramadán son aún más ilícitas e indeseables.¡Musulmanes!, el Ramadán es una escuela que educa el Imán (creencia). En ella el musulmán aprende lecciones de gran importancia. La primera y más importante es la paciencia y la perseverancia en la obediencia. Esa paciencia nos acerca a Allah el Señor de Majerstad y Poder. Así pues, siervos de Allah, ¡tened taqwa de Allah!, y aprovechad la oportunidad que os llega para alcanzar el grado del temor y consciencia de Allah, y para desprenderos de toda cosa ilícita que aleja al corazón de su Señor y que arruina todo el mérito de las buenas acciones.* * * * * * *¡Musulmanes! El Din del Íslam educa y templa el ego, domina los instintos y hace que el musulmán cuyas cualidades son características del Islam no sea un rehén de sus propios apetitos y pasiones animales. Es por esa razón por la que el ayuno de Ramadán se dictó como una obligación pues el ayuno es uno de los medios más potentes y efectivos para posibilitar al siervo el cumplimiento de los mandatos del Din. El ayuno es también un instrumento para agradecer aquellas bendiciones que uno disfruta.Cuando uno ayuna se abstiene de comer, de beber y de tener relaciones sexuales. Siendo éstas, bendiciones extraordinarias y prodigiosas, al privarse voluntariamente de ellas durante un periodo fijo de tiempo se da cuenta de su valía e importancia.Muchas de las bendiciones que disfruta el ser humano, no es consciente de ellas y no las reconoce como regalos hasta que no las pierde. Cuando las pierde las reconoce. El que ayuna se da cuenta, y cuando se da cuenta se vuelve agradecido. El ayuno es una ayuda que le facilita al musulmán el alejamiento de las cosas prohibidas, pues cuando el ego se conforma y se disciplina en abstenerse de cosas lícitas para complacer a Allah y por temor a desobedecerle, con más motivo será capaz de abstenerse de las cosas ilícitas, con lo cuál el ayuno es un instrumento que le ayuda al musulmán a mantenerse apartado de las cosas que Allah le ha prohibido.El ayuno de Ramadán es causa de compasión, simpatía y generosidad hacia los pobres, pues cuando el ayunante siente el dolor del hambre en algunos momentos, recordará la situación de aquellos que lo padecen todo el tiempo y hará que su corazón se estremezca y se apiade de quienes sufren hambre y pobreza, y le moverá a hacerles el bien y a darles de lo que tiene.En el ayuno hay también una fuerza para desapegarse de este mundo y para desapegarse de las cosas apetecibles que este mundo contiene; y, por el otro lado, es una fuerza para procurar los dones de Allah, un estímulo que impulsa al creyente a incrementar sus actos de obediencia y adoración. El ayunante es natural que aumente en buenas acciones y en actos de adoración; y el ayuno le fortalece.La sabiduría del ayuno y sus beneficios no pueden enumerarse.Que Allah bendiga a Su Siervo y Mensajero Muhammad. Y a su familia, y sus nobles compañeros y a todos cuantos les siguen con sinceridad hasta el Último Día.Wa salla Allahu ala Saydina Muhammad wa ‘ala alihi wa sahbihi wa sallam. Amín.

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