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mezquita de Granada
Imam: Shej Muhammad Al Kassbi

Alhamdulillah.
¡Musulmanes!, os encomiendo que tengáis taqwa de Allah y os recuerdo una vez más que fue en este mes en el que nació el Profeta, Paz y bendiciones de Allah con él, y también fue en el mes de Rabi’ Al Awal cuando tuvo lugar su Hiyra (hégira) y también fue en el mes en el que pasó a la Presencia de su Señor.

Dice Allah el Altísimo: «Y de todos ellos (los Profetas anteriores) te damos información para que tu corazón, con ello, se tranquilice». (Surat Hud, 119)

Allah, gloria a El, le relató al Profeta noticias de los Profetas, para con ello afirmar y dar seguridad a su corazón. Y nosotros estamos necesitados en una necesidad enorme de serenar, afianzar y dar certeza a nuestros corazones con el conocimiento de la vida de nuestro amado Profeta, Paz y bendiciones de Allah con él, más de lo que pudiera estarlo él de las noticias y relatos de los Profetas anteriores, la Paz con ellos, en esta época de olvido, distracción y negligencia.

Por ello deseamos rememorar y hacer a nuestros hermanos recordar, y revivir la memoria entre la gente en general de la vida de nuestro Profeta, Sallallahu alaihi wa salim, y de sus extraordinarios prodigios y maravillosos acontecimientos, para que el imán (creencia) y el amor se acrecienten en el corazón de quienes le siguen y le reconocen, Paz y bendiciones de Allah con él, y para que aquellos que ignoran su mérito y su inmenso rango, puedan conocerle. Y para que se pueda transmitir una imagen verdadera, correcta y acertada del Islam, que se corresponda con las nobles cualidades de carácter que nuestro Profeta vino para completar y perfeccionar.

Sin duda Allah, Enaltecido y Excelso, asistió a Sus Profetas –la Paz con ellos- con milagros y prodigios que mostraban la veracidad de sus Mensajes. Allah, gloria a El, había ayudado a Musa haciendo su bastón convertirse en una serpiente; y con el milagro de la mano blanca, y otros prodigios… Y asistió al Mesías, la Paz con él, concediéndole por el permiso de Allah, la curación de los ciegos y los leprosos, y devolviendo los muertos a la vida, con el Mandato de Allah. Pero estos milagros cesaron después de ocurrir, o terminaron al terminar el tiempo del Profeta que los había realizado por el permiso de Allah. Y, si no fuera porque el Corán nos ha informado de estos milagros, no los habríamos conocido, o no habríamos creído en ellos.

Sin embargo, Allah, gloria a El, asistió a Su último Profeta y Mensajero, Paz y bendiciones de Allah con él, con un milagro permanente y duradero, y ese milagro es el Corán. Un milagro que la creación entera no ha sido capaz de imitar o de producir 10 Suras semejantes, ni siquiera una sola Sura. ¡Ni siquiera una de las cortas!

El prodigio del Corán es que convence, se dirige al intelecto del hombre, aporta pruebas y argumentos para que la verdad sea reconocida y aceptada, para que el sometimiento a Allah, Enaltecido y Excelso, sea voluntario, consciente, y con conocimiento. Para que, quién así acepte el sometimiento a Allah viva con contentamiento y aceptación, y para que sea de los que tienen éxito. O bien, para que conduzca al rechazo de la verdad después de conocerla, por causa de la obstinación, la necedad o el orgullo, y la rebeldía y la negación. De tal modo que exista una prueba manifiesta en contra de ése que rechaza, y se convierta en un fracasado, y que Allah nos guarde y nos proteja de ello.

Dijo el Profeta, Paz y bendiciones de Allah con él: “No ha habido Profeta que Allah haya enviado a quien no se le haya dado aquello que son pruebas concluyentes y ciertas que la gente pueda reconocer; y lo que a mí se me ha dado ha sido la Revelación [wahi]. Y espero ser el que tenga un mayor número de seguidores, de ellos (los Profetas)”. (Hadiz relatado por Abu Huraira transmitido por Imam Al Bujari, que Allah esté satisfecho con ellos)

Si el Profeta, Paz y bendiciones de Allah con él, no hubiera venido con ningún otro milagro más que el Generoso Corán hubiera sido suficiente. Sin embargo, él tuvo muchos otros milagros.

No obstante, el Corán fue el más grande de los milagros por lo que contiene de extraordinario, que deja a la gente incapacitada para negarlo, imitarlo, o rebatirlo. Incomparable e inimitable en su elocuencia, en la claridad de su contenido, y en la perfección de su ordenación. También, por las noticias que aporta sobre realidades ocultas y sobre acontecimientos futuros, como la entrada en la Mezquita del Haram. Como lo mencionado en la Surat ‘de los romanos’ acerca de la futura victoria del imperio Bizantino sobre el Persa. También la información sobre la victoria del Din del Islam y su predominio por encima de todos los caminos Proféticos y las enseñanzas religiosas. También la victoria de los musulmanes, y la información acerca de la seguridad y dominio después de haber vivido perseguidos y atemorizados. También, la información acerca de la conquista de Meca, que se cita en la Sura ‘An Nasr’: «Cuando llegue la ayuda de Allah y la victoria y veas a los hombres entrar en el Din de Allah…», todo ocurrió tal y como el Corán había anunciado, así como otras muchas profecías anticipadas en el Corán.

También la información que el Corán contiene sobre acontecimientos del pasado, como las historias de los Profetas, el comienzo de la creación, el contenido de los Libros Revelados anteriores, lo cual fue confirmado por los sabios que conocían las Escrituras anteriores. Y el Profeta, Paz y bendiciones de Allah con él, no aprendió ni había recibido esa información, ni estudió, ni la investigó ni salió nunca de entre su gente iletrado. Así como las realidades totalmente desconocidas en el tiempo de la Revelación y que sólo ha descubierto y demostrado la ciencia, muchos siglos más tarde. Realidades científicas que ahora son de aceptación universal por el mundo entero. Por ejemplo: las fases del desarrollo del feto, cuando dice Allah Altísimo, describiendo con enorme exactitud el proceso embrionario: «Y entonces lo hicimos una gota de esperma dentro de un receptáculo seguro. Luego transformamos la gota de esperma creando un coágulo de sangre, y el coágulo de sangre creando un trozo de carne. El trozo de carne en hueso que revestimos de carne y haciendo de ello otra criatura. ¡Bendito es Allah el Mejor de los creadores!» (Surat ‘al Muminún’, 14)

Allah, gloria a El, ha preservado el Corán, guardándolo inalterado, sin manipulación. Él Mismo Se ha tomado la responsabilidad de guardarlo: «Ciertamente que Nosotros hemos hecho descender el Recuerdo y Nosotros seremos Quienes lo guarden». (Surat ‘Al Hiyr’, 9)

No encontrareis en el mundo un Libro que sea memorizado íntegramente por millares y millones de personas; y no encontrareis que los Libros de las comunidades anteriores sean memorizados ni siquiera por los sacerdotes o los clérigos. Allah, Enaltecido y Excelso, le ha concedido un rango especial de excelencia a la gente del Corán.

Dijo el Mensajero de Allah, Paz y bendiciones de Allah con él: “Verdaderamente que Allah tiene gente suya entre los hombres”. Le dijeron: “¿Quiénes son ésos, Mensajero de Allah?” Dijo: “La gente del Corán son la gente de Allah y sus preferidos (élite)”.

¡Cuántos pueblos han sido elevados gracias al Corán Inmenso! Y cuántos han caído y se han hundido por apartarse y alejarse del Corán.

El Profeta, Paz y bendiciones de Allah con él, dijo: “Ciertamente, que Allah eleva por este Corán a unos pueblos y hace caer por él a otros”.

A Allah Le pedimos ser de aquellos a quienes Allah eleva por el Corán, y de aquellos que lo recitan con sinceridad y comprensión, como merece ser recitado, durante el día y durante la noche.

* * * * * * *

Alhamdulillah.
¡Musulmanes!, sabiendo que el Corán es el Libro de Allah y el milagro permanente y duradero de Allah y la guía por la que los hombres son guiados desde la oscuridad a la luz, entonces es necesario que situemos al Corán en esta tierra, para que podamos sentirnos orgullosos y honrados de haber transmitido el Libro de Allah a Sus siervos. Por esto, nos aseguraremos una porción de La elección, de haber sido de los escogidos y preferidos de Allah, enaltecido sea. Aquellos, a quienes Allah les hace heredar, como dice, gloria a El: «Después les hicimos heredar el Libro a aquellos de entre Nuestros siervos a quienes Nosotros elegimos». (Surat ‘Al Fatir’, 32)

Quien desee el honor de pertenecer a esa gente debe esforzarse en el estudio del Corán y en memorizarlo, y debe invitar al Islam por medio de su carácter, de su comportamiento y de sus acciones antes que sus palabras.

Servir al Generoso Corán no es porque necesite que nosotros lo guardemos y lo protejamos, sino para que Allah, Enaltecido y Excelso, nos guarde y nos proteja por él. Nuestra necesidad de adoptar las cualidades de carácter a las que el Corán ordena e insta es imperiosa y urgente. A respetar los límites de Allah, gloria a El. A obedecerle en cumplir lo ordenado y en dejar lo prohibido. A tomar como lícito lo declarado lícito en él y a tomar como prohibido lo que el Corán prohíbe.

El Corán Generoso no da frutos en la persona y no la hace caminar por un camino acertado si no es porque el ser interno del hombre se predispone, se purifica, acepta y se abre a las luces del Corán, y se impresiona el ser interno del hombre y todos sus miembros ante las recomendaciones del Corán; y ante sus amonestaciones y prohibiciones.

Como dice Allah el Altísimo: «Allah hizo descender el Mejor Relato, un Libro homogéneo, reiterativo. Que hace erizarse la piel de aquellos que temen a su Señor y sus corazones se estremecen con el Recuerdo de Allah. Ésa es la Guía de Allah con la que El guía a quien El quiere, aquél a quien Allah extravía no habrá quien lo guíe». (Surat ‘az Zumar’, 23)

Así pues: ¡tened taqwa de Allah siervos de Allah! Que cada uno de nosotros se pregunte qué ha hecho por extender y difundir este mensaje; y qué ha ofrecido al servicio del noble y excelente Profeta, Paz y bendiciones de Allah con él, que se esforzó y se desveló por guiarnos y que padecía por nosotros y por nuestros males y desgracias. Y que cada uno de nosotros se pregunte si es de los que llaman al Din de Allah por medio de Sus Palabras, de sus acciones y de su comportamiento. Las Palabras de Allah, Enaltecido, se dirigen a todos y cada uno de los musulmanes, cuando dice, gloria a El: «Invita al camino de tu Señor con Sabiduría y con la Bella Amonestación y debate con ellos con las Mejores Palabras».

A Allah Le pedimos estar entre ellos, entre los que llaman a El con sabiduría y sinceridad sin buscar con ello fama, ni dominio, ni liderazgo, ni cosa alguna sino complacer a Allah. Que Allah bendiga a Su Siervo y Mensajero Muhammad. Y a su familia, y sus nobles compañeros y a todos cuantos les siguen con sinceridad hasta el Último Día.

Wa salla Allahu ala Saydina Muhammad wa ‘ala alihi wa sahbihi wa sallam. Amín.

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