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mezquita de Granada
Imam: Sheij Muhammad Al Kassbi

Alhamdulillah
¡Musulmanes! Os encomiendo y también a mi mismo que tengáis taqwa de Allah y que Le obedezcáis. Y a seguir el ejemplo de Su Profeta en su conducta.

Sabed, siervos de Allah, que el Misericordioso ha elegido a Su Profeta Muhammad de entre todas sus criaturas, y a el le concedió las mejores cualidades de carácter. El Coran era su carácter. Era un maestro verdadero tanto n su interior como en su exterior, en sus actos y en sus acciones. Recitaba las aleyas de Coran a sus compañeros, les explicaba todos sus significados y les enseñaba cosas sobre las que no se tenia conocimiento anteriormente.

Y esto tiene un gran importancia, y así lo afirma el propio Mensajero cuando dice: “INNAMA BUIZTU MUALIMAN”

El noble Coran se menciona también sobre esto cuando dice Allah: “El es quien ha hecho surgir para los iletrados un Mensajero que es uno de ellos; y que Les recita sus signos, Los purifica y les enseña el Libro y la Sabiduría cuando antes estaban en un claro extravía” (Surat al yumuah, 2)
Esta aleya es una clara prueba de que el Mensajero fue enviado para enseñar y educar. En la jutba de la semana pasada, hablamos acerca de la educación, la Tarbiya. Y esta semana lo hacemos acerca del como es esta educación, de cómo se transmite la enseñanza, de cual es la mejor forma de enseñar y corregir.

La forma de enseñar del Mensajero, al que Allah bendiga y conceda paz, era la mejor forma posible de hacerlo y la que más huella dejaba en los corazones. Por esta razón, su umma es una umma avanzada y civilizadora. El mundo se abría ante el y el penetraba en los corazones y toda persona inteligente que buscara la verdad, la aceptaba, pues su forma de enseñar es la que se entiende con el intelecto y con una fitra pura y sana.

Una de las muchas sabidurías en la enseñanza, es que se dirigía a la gente en el lenguaje que ellos comprendían, les hablaba en la medida de la capacidad de cada uno. Cuando hablaba lo hacia con palabras sencillas y claras, y si la situación lo requería repetía hasta tres veces lo que había dicho, acompañaba sus palabras con ejemplos para comprender mejor, y se brindaba a la conversación y a la explicación, así como a la formula de preguntar y responder, y todo esto para alcanzar la comprensión y el entendimiento.

Una de las formas con las que el Mensajero se dirigía a aquellos que habían cometido errores, era hablando en plural y sin dirigirse a nadie en particular, solía decir: “Que pensáis de unas gentes que hacen esto y esto otro…”

Su forma de corregir los errores de aquellos que los cometían era de una gran sabiduría. Se ha transmitido de Muawiyah al Hakam As Sulamy que dijo: “Estando yo rezando con el Mensajero de Allah, que Allah le bendiga y le conceda paz, estornudó una persona y dije: yarhamuka Allah. Los que tenia mi lado, mediante signos, me reprocharon lo que había hecho, y dije: “¿Qué os ocurre que estáis todos mirándome?” Entonces empezaron a golpearse con las manos en sus piernas. Cuando me di cuenta de que me estaban indicando que guardara silencio, me callé. Cuando acabo de rezar el Mensajero de Allah me mando llamar, y por Allah que no conocí a maestro anterior ni posterior a el que enseñara mejor. No se enojó, ni me golpeó, ni me gritó. Dijo: “En esta oración no está permitida la palabra de los humanos, pues ciertamente esta oración es el tasbih, el takbir y la recitación del Coran” (Hadiz transmitido por Imam Muslim)

En una ocasión Hakim Ibn Hizam dijo: “Pedí al Mensajero de Allah, que Allah le colme de bendiciones, y me dio, le volví a pedir y me volvió a dar, luego le volví a pedir y me volvió a dar, y dijo: “Oh Hakim, la riqueza es verde y dulce (es decir, bella para la vista y sabrosa de sabor) quien la tome de alguien que la da por su propia voluntad, entonces la riqueza estará llena de baraka, pero quien la tome de alguien al que le están pidiendo constantemente, y lo hace a regañadientes, entonces no habrá baraka en ella, y será como el que come pero no se sacia. Y la mano de arriba es mejor que la mano de abajo”. Dijo Hakim: “Juro por aquel que te ha enviado con la verdad, que no tomaré nada de nadie desde este momento”. (Hadiz relatado por Imam Bujari) Y después de esto, Hakim no aceptó nada de nadie hasta que le llego la muerte, Abu Bakr le mandó su parte correspondiente del Baitul Mal y el la rechazó así como también rechazó lo que le mandaba Umar. Y esto es un claro signo de lo profundo que llegaban en el corazón las enseñanzas del Mensajero al que Allah colme de bendiciones.

En otra ocasión un hombre pasó frente al Mensajero que se encontraba con algunos de sus compañeros. Estos vieron que era un hombre fuerte y trabajador y lo elogiaron por ello. Dijeron: “Oh Mensajero de Allah, ¡si este estuviera entregado a la causa de Allah!”. A lo que dijo el Mensajero: “Si esta saliendo a trabajar para sus hijos, entonces esta entregado a la causa de Allah, si esta saliendo a trabajar para sus padres ancianos, entonces lo esta haciendo por la causa de Allah, si esta saliendo a trabajar para cubrir sus necesidades y no pedir a la gente, entonces esta entregado a la causa de Allah, pero si esta saliendo a trabajar para que la gente lo mire y sentirse orgulloso por ello, entonces esta en la causa del Shaytan” (Transmitido por At-Tabarani)

En otra ocasión vino un beduino que no sabía nada del din y se puso a orinar en la mezquita. Los sahaba se asombraron y se enfadaron, queriendo echarle de la mezquita a golpes. Muhammad dijo: “No le molestéis, dejadle en paz” y así lo hicieron hasta que terminó de orinar. Luego le mandó llamar el Mensajero al que Allah bendiga y conceda paz y le dijo: “Estas mezquitas no son validas para la orina ni para las heces. Realmente son para recordar a Allah, hacer el salat y recitar el Coran”. Y le dijo a sus compañeros: “Ciertamente vosotros sois benevolentes, no os convirtáis en lo contrario”.



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¡Musulmanes!
Un ejemplo de la forma de dirigirse el Mensajero de Allah a aquellos que habían cometido errores, en la forma de conversación la encontramos en la transmisión de Abu Umama cuando dijo: “Vino un joven al Mensajero de Allah y le dijo: “Oh mensajero, dame permiso para fornicar” La gente al escuchar esto se enfureció. Dijo el Mensajero: “Acércate”. Lo llamo a su lado donde se sentó. Le pregunto el Mensajero: “¿Acaso quieres que alguien fornique con tu madre?”. Respondió: “Por Allah que no”. Dijo el Mensajero: “Nadie desearía tal cosa para su madre”. Dijo: “¿Acaso quieres que forniquen con tus hijas?”. Respondió: “Por Allah que no”. Dijo el Mensajero: ““Nadie desearía tal cosa para sus hijas”. ¿Acaso la deseas para tus hermanas?”. Respondió: “Por Allah que no”. Dijo el Mensajero: ““Nadie desearía tal cosa para sus hermanas”. Dijo: “¿Acaso te gustaría que fornicaran con las hermanas de tu padre?”. Respondió: “Por Allah que no”. Dijo el Mensajero: ““Nadie desearía tal cosa para las hermanas de su padre”. Dijo: “¿Acaso la deseas para las hermanas de tu madre?”. Respondió: “Por Allah que no”. Dijo el Mensajero: ““Nadie desearía tal cosa para las hermanas de su madre”. Narra Abu Umama: “Entonces el Mensajero, al que Allah bendiga y conceda paz, puso su mano en el pecho del joven y dijo: “Oh Allah perdona sus errores, purifica su corazón y protege sus partes privadas”. Y después de esto el joven no volvió a sentir ningún deseo de cometer zina ni ninguna otra prohibición proveniente de Allah”.

Estos son sólo algunos ejemplos de la forma en la que el Mensajero de Allah trataba a aquellos que habían cometido algún error.

¡Y cuanto necesitan hoy en día los padres y las madres, los esposos y las esposas, los amigos y los maestros de seguir este ejemplo a la hora de actuar y más aún a la hora de corregir errores!

¡Y cuan necesitados estamos de educar a nuestros pequeños y a nuestros mayores con estas cualidades para que así quede presente y se manifiesten en nosotros, nuestra vida en este mundo sea la correcta y con el permiso de Allah, en la próxima obtengamos el triunfo y el éxito!

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