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mezquita de Granada
Imam: Sheij Muhammad Al-Kasabi

primera parte:
Alhamdulillah
¡Musulmanes!
Os encomiendo que seáis conscientes de Allah y que esteis vigilantes a Su presencia y que os empeñéis en buscar Su satisfacción y que tengáis sumo cuidado de no incurrir en Su castigo. Sabed que el hombre es una criatura social por naturaleza. Por su disposición innata el hombre se inclina y tiende a la compañía y a la vida en sociedad con sus semejantes.

Esta convivencia, compañía y coexistencia ejerce sus efectos sobre el pensamiento, y la conducta, el comportamiento que el individuo adquiere. Puede llegar a ser la causa de su dicha y éxito y también la causa de su desgracia y de su ruina, tanto en esta vida como en la venidera. Y así lo indican tanto la ley revelada como el intelecto, la realidad y la experiencia constatable.

La compañía tiene una importancia muy grande en el Din. Los mensajeros poseedores de firmeza (ulul-´Azm) tomaron compañeros para sí mismos. Por ejemplo Isa, la paz sea con él, dijo: “¿Quién será mi auxiliar en la misión de llamar a Allah?” (surat Assaf, 14)

Y nuestro Profeta, que Allah le bendiga y le conceda paz, tomó un compañero. Dice Allah el Altísimo: “Cuando le dijo a su compañero: “No temas, Allah está con nosotros””. (surat At Tawba, 40)

El, glorificado sea, nos informa de que nuestro Profeta tenía un compañero; y dijo, las paz y las bendiciones e Allah sean con el: “Si hubiera querido tomar como amigo intimo de entre mi comunidad a alguien, hubiera tomado a Abú Bakr. Sin embargo, el es mi hermano y mi compañero”. (Hadiz de consenso)

La julla es la más alta dimensión del afecto, la amistad y el amor que sólo se usa con Allah. El Profeta solía visitar a su compañero Abú Bakr en su casa cada día dos veces. Dice Aisha: “Mis padres desde que yo tuve uso de razón estaban aferrados al Din del Islam y no pasaba un día sin que nos visitara en los dos extremos del día, por la mañana y por la tarde, el Mensajero de Allah, que Allah le bendiga y le conceda paz”. (Bujari y otros)

En la jutba de la semana pasada dijimos que la compañía de gente mala es una de las razones que arrojan al hombre a la corrupción y le hacen caer en hábitos dañinos como el consumo de drogas y contagian actitudes viciadas y perniciosas, como cometer transgresiones y no lamentarlo.

Allah ordenó a su Profeta que estuviera siempre en la compañía de los rectos y que conviviera con quienes Le adoran y Le aman en todos los estados y circunstancias. Y le prohibió frecuentar a los que viven sumidos en el juego y entregados a las pasiones y a los que viven en el olvido y en la distracción.

Dice el Altísimo: “Sé constante en la paciencia en compañía de quienes invocan a Su Señor en la mañana y en la tarde anhelando Su Faz y no apartes de ellos tus ojos por deseo a los adornos de la vida mundanal y no obedezcas a quienes hemos hecho que su corazón sea desviado de Nuestro recuerdo, siguen su pasión y su asunto esta descarriado”. (surat Kahf, 28) (amruhu furuta: sumido en el mal y transgresor)

La compañía del hombre recto siempre conlleva una ganancia y un bien, pues tal hombre te beneficiará en tu din y en tu dunia. Te aconseja, te advierte contra lo que te perjudica y te recomienda obedecer a Allah y mantener buenas relaciones de familia, honrar a tus padres y te mostrará los defectos de tu ego y te incitará a las nobles cualidades de carácter, esto tanto por sus palabras, como por sus actos.

Te serán útiles el afecto y la súplica de una persona recta mientras vivas y después de la muerte. Esto es exactamente lo contrario de la compañía de los pervertidos y los degenerados, pues en ella no encontrarás más que perjuicio y daño. Tales compañías te privaran del bien, te apartaran de el y te animaran a lo que te perjudica en tu din y en tus asuntos mundanos.

Por ejemplo iniciarte en el habito de fumar, en el consumo de drogas y en las indecencias que se inician por esa senda que una vez que se emprende ya no tiene fin. Por ejemplo: maltratar a los padres y romper con la familia. Esa es la compañía que te oculta tus defectos y te invita a la conducta irresponsable tanto por sus palabras, como por sus actos, como por sus estados. Con esa compañía también tiendes lazos con otros individuos cuyo conocimiento has de lamentar.

El Haqq, gloria a El, nos informa que el injusto se lamentará en el Día del Juicio de haber tomado por amigo y compañero a quien estando extraviado y desviado fue la causa de su propio extravío y de su desviación.

Dice el Altísimo: “Y en el día en el que el injusto se morderá las manos. Dirá: ¡Ojala hubiera tomado el camino junto al Mensajero! ¡Hay de mí! ¡Ojalá no hubiera tomado a fulano como amigo!. Me extravió del recuerdo después de haberme venido. El Shaytán es para el hombre una decepción”. (surat Furqan, 27)

Esta aleya fue revelada acerca de ´Uqba ibn Abi Muayed que era amigo de Ubay ibn Jallaf. ´Uqba decidió aceptar el Islam pero su amigo Ubay se lo impidió. Y el significado es general aunque la causa de esta aleya particular sea específica.

“Los amigos ese día se convertirán en enemigos, excepto los que tenían taqwa”. (sura Zujruf, 67)

Es decir, serán enemigos uno del otro en el Día del Levantamiento y se culparán mutuamente de su desgracia, es más, muy posiblemente su amistad no perdure en esta vida pues no esta fundada en cimientos verdaderos. Sin embargo los rectos y los que tienen taqwa siguen unidos y vinculados y su relación les aporta utilidad y beneficio en esta vida, y en la próxima.

Un error en el que caen algunos, especialmente entre los jóvenes que aun no han acumulado suficiente experiencia de la vida es decir: “A mi no me afecta la compañía de la gente corrupta, y no me influencia juntarme con gente mala”. Eso no es verdad. Lo que es seguro es que la naturaleza de un individuo malo le roba la buena naturaleza a su compañero.

Las malas compañías cuando se convierten en permanentes y duraderas dejan en la personalidad sus huellas y en la medida de sus huellas negativas y dañinas ocasionan el alejamiento de los rectos y de la luz de la verdad.

Fíjate en Abú Talib, el tío del Profeta, como murió en el Kufr, a causa de sus compañeros a los que frecuentaba y con quienes se juntaba cuando le dijeron: “¿Acaso vas a renegar de la religión de Abdul Mutalib?” Y en ella murió.

Y el Mensajero de Allah ha confirmado esta realidad y ha clarificado como le afecta a una persona sentarse en compañía de otros, tanto de manera positiva, si es una compañía recta, como de manera negativa, si es una compañía pervertida.

Él, paz y bendiciones de Allah sean sobre él, comparó a la buena compañía con el comerciante de perfumes, cuando te sientas con él puedes conseguir una de estas tres cosas: o te da algo de almizcle o le compras algo de lo que tiene o, como mínimo, disfrutas de su buen olor. Y comparó la mala compañía con la compañía del fogonero, cuando te sientas en su compañía puede hacer que se te queme tu ropa, o que respires un humo maloliente que estropea tu cuerpo y tu vestido.

El que se junta con malas compañías se perjudica por la influencia de tal compañía. Dijo el Mensajero de Allah, que Allah le bendiga y le conceda paz: “El ejemplo de la buena compañía y la mala compañía es como el hombre que lleva almizcle y el herrero que sopla en la fragua. El que lleva almizcle puede que te de algo como regalo, puede que se lo compres o puede que al menos sientas el perfume agradable. Por otra parte el herrero puede causar que se te queme tu ropa o como poco respirarás un olor desagradable”. (Hadiz de Abi Musa Al Ashari, recogido por Bujari y por Muslim).

Es por esta causa que el dador de la Ley, el Profeta, ha ordenado la compañía del que es creyente y del que es consciente de Allah (at taqiy). “No seas compañero más que del creyente y que no coma de tu comida más que el que es consciente de Allah”. (Hadiz de Abú Said Al Judri, recogido por Tirmidhi, Abú Daud y Ahmed Ibn Hambal).

Y por otro lado advirtió del peligro de juntarse con gente que no tiene taqwa y prohibió hacerse ompañero y compartir con él la comida por que el compartir la comida es causa de afinidad y de afecto entre los corazones de quienes la comparten.

A Allah le pedimos que nos ponga con la compañía de los rectos y que nos haga tener amor por los creyentes, verídicos, sinceros. Y que nos aleje de la maldad, de su gente y de los corruptos. Y que nos libre de las indecencias tanto las manifiestas como las ocultas. El es Poderoso y Capaz de ello.

segunda parte:
Bismillah
¡Musulmanes! No sé como puede vivir quien no tiene a un compañero al que ama por Allah, con cuyo espíritu experimenta afinidad y armonía y no sé como puede vivir alguien sin tener un hermano que le ama y en secreto pide por él y siente felicidad cuando se menciona su nombre y experimenta descanso y bienestar cuando le visita y cuando se junta con él.

Nuestro Profeta, paz y bendiciones de Allah con él, dijo: “El más perfecto de los creyentes en su Iman (creencia) y el más excelente de ellos en carácter, es el amable, el que es de trato fácil, el que trata con gentileza y se deja tratar con gentileza. Y no hay bien alguno en quien no es gentil y no deja que se le trate con gentileza”. (Hadiz relatado por Abú Said Al Judri, recogido por Imam Ahmed, y Al Tabarani).

La armonía y la afinidad entre las personas son resultado del buen carácter y la noble conducta. Y la separación, la división y el rencor entre personas son el resultado del mal carácter y la conducta indigna. El buen carácter origina el afecto recíproco y la afinidad y el buen entendimiento. El mal carácter provoca el enfado recíproco, la envidia y darse las espaldas.

El creyente es amable, flexible, afectuoso y benigno. Su corazón tiene espacio para los grandes y para los pequeños de sus hermanos musulmanes. El desgraciado es quien carece de tales sentimientos y hace que todas sus relaciones estén construidas sobre el interés y el beneficio personal.

Muhammad Ibn Wasí, que Allah esté complacido con él, dijo: “No lamento perder de esta vida más que tres cosas. Un compañero que cuando me he extraviado me ha puesto recto. Una oración en congregación en la que yo estaba distraído, pero por ser responsabilidad del Imam he ganado su recompensa. Y una porción de dunia que nadie me ha reprochado y de la cual Allah no tiene nada que recriminarme”.

No obstante, la compañía de ese tipo de amigos y de compañeros no es fácil de lograr. No lo logran más que quienes se han esforzado en conseguirlos y que, cuando los encuentran, se aferran a ellos para no perderlos.

Tened consciencia de Allah, siervos de Allah, y esforzaos en juntaros y con compañeros de recta conducta y de buen carácter y elegid lo más excelente y lo que es útil de todo cuanto contempláis, escucháis, leéis, pues esas también son compañías (libros, peliculas, programas de televisión y radio, etc) y todo lo que pueda representar para vosotros una ayuda en vuestro din y al buen curso de los asuntos de vuestra vida. Y por el contrario tened mucho cuidado de no juntaros con los depravados y de no frecuentar la compañía de los que tienen conducta despreciable. Sólo ocasionan perjuicio y sólo causan lamento y arrepentimiento.

A Allah le pedimos que nos inspire la rectitud que nos guíe a nosotros y a nuestros jóvenes a la honestidad, la veracidad y las buenas obras y a la compañía de los que hacen el bien y cosechan el éxito.Amín

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