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mezquita de granada
Imam: Hafid Ahmed Bermejo

primera parte:
Alhamdulillah
Hermanos Musulmanes: os exhorto a tener Taqwa de Allah, ya que ése es el camino del éxito y el triunfo.

Dice Allah, subhanahu wa ta’ala, en Su Libro: “Y parte de Sus signos es que creó esposas sacadas de vosotros mismos para que encontrarais sosiego en ellas, y puso entre vosotros amor y misericordia;” (30, 21)

Hermanos en el Islam; ciertamente el ser humano busca por naturaleza la vida en sociedad y desea vivir con una comunidad, con un grupo de otras personas. El hijo de Adam es un ser sociable que le gusta la convivencia con los demás pues a eso es a lo que le llama su naturaleza. El que esto sea así se debe a la Sabiduría del Misericordioso; pues El ha creado al ser humano para que sea Su Jalifa, su representante en la tierra, y es totalmente imposible que esto ocurra si no vive en una sociedad, con un grupo de gente que se ayuda y convive siguiendo lo reconocido como bueno.

Y podemos afirmar que la familia es la primera sociedad o la base sobre la que se edifica esta sociedad. El ser humano ama la familia y le gusta vivir en ella, y por esta razón su naturaleza le lleva o le llama a contraer matrimonio. Este es el motivo de la gran importancia que tiene el matrimonio en el Islam, porque es un asunto al que nos llama nuestra propia naturaleza y un vinculo de unión y de ayuda entre los cónyuges. Si además se vive en armonía, cumpliendo cada cónyuge con sus obligaciones, practicando la sunna del Mensajero y obedeciendo las leyes de Allah, se estará obteniendo una gran recompensa y un enorme beneficio.

El primer pilar del matrimonio, o el primer paso que se ha de dar antes de contraer el matrimonio, es la intención:

Aquel que quiera contraer matrimonio, ya sea hombre o mujer, ha de tener una intención clara y correcta. Su intención ha de ser protegerse de lo prohibido, proteger a su nafs y alejarlo del haram. Y ha de tener la intención de desear el bien para la otra parte, buscar lo mejor para el cónyuge. No es en absoluto deseable contraer matrimonio con una intención que no esté conforme a lo que hemos mencionado, o que se busque engañar, traicionar o aprovecharse de la otra parte. La intención ha de ser la bondad, la virtud y la rectitud para con la otra parte del matrimonio y el deseo de tener una descendencia recta, ya que este es uno de los mejores resultados de dicha unión.

La formación de la familia se inicia con la unión del varón y la mujer por medio del matrimonio y es por esa razón que nuestro Din encomienda –a la hora de elegir esposo y de elegir esposa– la rectitud y la virtud.

El segundo paso previo al matrimonio es la elección; Al Ijtiyar

Dijo el Mensajero de Allah, sallallahu alaihi wa salim, en lo referente a la elección del esposo: “Si os viene un hombre de cuyo Din y de cuya conducta estáis satisfechos, autorizad el matrimonio. Si no lo hacéis, habrá conflicto en la tierra y la corrupción será grande”. (Hadiz narrado por Tirmidhi, que Allah esté satisfecho con él)

En este hadiz, el Profeta, que la paz y las bendiciones de Allah sean con él, ordena que, cuando se busque un marido, se elija al que tiene un buen Din y buena conducta. Es decir, aquél cuyo Din es defectuoso y su comportamiento no es correcto, no es un buen compañero a la hora de compartir la vida. Por tanto, en este hadiz hay una exhortación a elegir bien el esposo y a tomar en cuenta que cumpla la Sharia (la Ley revelada) de Allah.

Hay gente que no considera este aspecto o le da poca importancia, dándole más a los sentimientos, la atracción, las apariencias bellas o la posibilidad de riqueza, siendo todas estas cosas aceptables, siempre y cuando no se prefieran al Din y a la nobleza de carácter y conducta.

El Islam recomienda también que el hombre elija con cuidado a su esposa. Abu Said al Judri, que Allah esté satisfecho con él, dijo: “El Profeta, que Allah le bendiga y le dé paz, dijo: “Se elige a una esposa por cuatro motivos: por su riqueza, por su linaje, por su belleza y por su Din. Dadle preferencia al Din y tendréis éxito””. (Hadiz de Bujari y de Muslim).

Estas palabras son una exhortación para que, a la hora de buscar una mujer recta con la que casarse, demos menos importancia a características tales como la riqueza, la buena familia y la belleza, si no van acompañadas de un Din correcto y fuerte. Si no es este el caso y deseamos obtener el éxito, debemos dejarlas y buscar una mujer por su Din más que por ninguna otra cosa.

Este hadiz es también la prueba de que cuando una mujer tiene un buen Din sus defectos, sean los que sean, quedarán cubiertos. Y lo contrario ocurre cuando una mujer posee riqueza, buena familia y belleza pero sin embargo no es una mujer que ponga en práctica el Din. Esta carencia puede ser la puerta abierta a muchos males, confrontaciones y disputas.

Si se ponen en práctica estos dos primeros pasos, (la intención y la elección), y la elección del cónyuge se basa en estos criterios, no cabe duda de que el matrimonio, con el permiso de Allah, será sólido y feliz y en la convivencia se podrán alcanzar: mawaddata wa rahmah, el amor y la misericordia mencionadas en la aleya que hemos mencionado al principio.

Ciertamente la Sabiduría del Misericordioso es infinita. Él ha creado a todos los seres humanos de una sola persona, y de esta persona ha creado a su esposa para que viva con el y para que de ellos surjan abundantes hijos e hijas que preserven la raza humana y para que continúen siendo los califas de Allah en la tierra.

Dice Allah en Su Libro: “¡Hombres! Temed a vuestro Señor que os creó a partir de un solo ser, creando de él a su pareja y generando a partir de ambos muchos hombres y mujeres” (Nisa, 1)

La persona debe encontrar en el matrimonio tranquilidad para el corazón, sosiego para el nafs y paz para la conciencia. Dice Allah: “Y parte de Sus signos es que os creó esposas sacadas de vosotros mismos para que encontrarais sosiego en ellas, y puso entre vosotros amor y misericordia; realmente en eso hay signos para la gente que reflexiona”. (30, 25)

Y el matrimonio que merece este sosiego, esta tranquilidad, el amor, la misericordia y la descendencia recta que son un deleite para los ojos, es para aquellos siervos del Misericordioso que buscan los dones provenientes de Él, y se le piden a Él con sinceridad.

Dice Allah en Su Libro: “Y los que dicen: ¡Señor nuestro! Concédenos con nuestras esposas y nuestra descendencia alegría para los ojos, y haz que seamos un modelo para los que tienen Taqwa de Allah” (25, 74)

El matrimonio es una preparación para la vida en sociedad ya que, al estar casado, se está viviendo el primer eslabón de la sociedad que es la familia. En el matrimonio se debe experimentar alegría y tranquilidad, debe ser una preparación para las responsabilidades, fortaleciéndonos y preparándonos para afrontarlas como personas adultas y responsables. Y esta es la razón de que el matrimonio tenga tanta importancia en el Islam: por su lugar elevado, tanto para el individuo, como para la familia como para la sociedad.

El Islam otorga al matrimonio el grado de mizakan galidhan “un compromiso fuerte” para guardar los corazones y proteger los miembros, pues ciertamente es el primer grado del que se compone una familia. Y luego, los componentes de la familia se diversifican y se expanden sobre la tierra. Se convierten en tribus y gentes distintas para que puedan conocerse, como dice Allah en Su Libro. Y es por todas estas razones por las que Allah, subhanahu wa ta’ala, da tanta importancia al matrimonio y lo describe como “un compromiso fuerte”.

La naturaleza del hombre y la naturaleza de la mujer son lo que definen los derechos y las obligaciones. El Islam hace al hombre responsable del bienestar de la mujer y de su seguridad, y le hace responsable de los derechos de la mujer a través de los cuales se llega a la rectitud y se la protege de aquello que la perjudica.

Dice Allah: “Los hombres tienen un grado sobre ellas” (2, 228)

Pero este grado al que hace referencia la aleya no es un grado de poder ni de predominio, sino que en realidad aumenta la responsabilidad del hombre con respecto a la mujer. Ella debe remitirse a él en lo referente a sus asuntos personales, a los asuntos de los hijos, de la casa, las cuestiones de la manutención, etc. Y a esto es a lo que se refiere Allah, subhanahu wa ta’ala, cuando dice: “Los hombres están a cargo de las mujeres en virtud de la preferencia que Allah ha dado a unos sobre otros y en virtud de lo que (en ellas) gastan de sus riquezas” (4, 34)

El Islam nos llama al buen trato entre los cónyuges. La buena conducta en la vida matrimonial es parte del Iman. Por otra parte, la mujer recta es la mejor compañía que puede pedir el hombre en su vida. Ella acude a su marido buscando ayuda para cumplir sus obligaciones porque ve que la convivencia es agradable y su conducta correcta. A ella van dirigidas las palabras del Mensajero, que Allah colme de bendiciones: “Se alegra cuando lo ve, le obedece cuando le ordena, no va en contra suya y no gasta su riqueza en aquello que el desaprueba”.

Te pedimos oh Allah que nos des la capacidad para afrontar el matrimonio, poniendo en practica Tus obligaciones y Tus prohibiciones y siendo fieles a la Sunna de tu Mensajero.

segunda parte:
Hermanos en el Islam
Ciertamente el Islam basa la vida matrimonial en la virtud, en la Taqwa, en el amor, en la Misericordia y en la ayuda mutua. Si lo hacemos así, obtendremos seguridad y estabilidad, ser felices en muchas situaciones y satisfacer los deseos sexuales de forma correcta. Y el resultado de tener una familia correcta, es que la sociedad será correcta y la ummah será correcta y estará unida. Y esto es una clara referencia a la aleya que hemos mencionado antes en la que dice Allah: “Y parte de Sus signos es que os creó esposas sacadas de vosotros mismos para que encontrarais sosiego en ellas y puso entre vosotros amor y misericordia;” (30, 21)

Ciertamente el vínculo entre el marido y la esposa es una garantía para obtener la felicidad, para poder obtener el amor y la misericordia que tanto se desea y para lograr una descendencia recta que se expanda sobre la superficie de la tierra.

En el matrimonio se consolidan los vínculo y se ejercita la misericordia; y es a través de esto con lo que se consigue la felicidad en la pareja. Con esto se da vida a las casas y se aumenta la provisión, y se obtiene la armonía y el sosiego.

Pero será así siempre y cuando el vinculo matrimonial esté basado en las condiciones que hemos mencionado anteriormente, esté basado en la armonía de la convivencia, con cada una de las partes cumpliendo sus obligaciones, puesto que al hacerlo estará entregándo a la otra parte sus derechos. Y se han de cumplir las obligaciones basándonos en la justicia y en el honor, la ecuanimidad y la moderación, y en ignorar los asuntos que no tienen que ver con el Din o el respeto mutuo. Y también alejarse de los malos pensamientos, de la desconfianza, en no dejar que la lengua corra a su gusto con palabras que puedan hacer daño o herir los sentimientos de la otra parte. Y uno de los peores males es que no esté presente la paciencia,

Ciertamente no es posible obtener la felicidad de una familia hasta que los miembros de la misma no están impregnados de las nobles cualidades: el buen comportamiento, la paciencia, la amabilidad, el buen trato, la rapidez en arreglar las disputas, etc.

Y todo esto no se puede conseguir si no es con Taqwa de Allah y obedeciendo al Creador.

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